
Un ciudadano británico de 36 años, Mentor Rama, falleció este martes en Estambul tras someterse a un trasplante de cabello y un tratamiento dental. El hombre se desmayó en la habitación del hotel donde se hospedaba y, pese a ser trasladado a un hospital, no logró sobrevivir.
La autopsia fue realizada en el Instituto de Medicina Forense de Turquía y posteriormente el cadáver fue entregado a su familia para su traslado al Reino Unido. Hasta el momento, las causas exactas de su deceso no han sido reveladas por las autoridades.
Medios turcos y británicos destacan que Rama también contaba con nacionalidad albanesa y que viajó al país europeo específicamente para realizarse procedimientos estéticos, aprovechando los precios más bajos que ofrece Turquía en comparación con el Reino Unido.
El costo de un trasplante capilar en Turquía puede rondar las 1.500 libras esterlinas (unos 1.970 dólares), frente a las cerca de 10.000 libras (13.100 dólares) que cuesta en el Reino Unido. Según el Consejo de Viajes de Salud de Turquía, más de un millón de personas viajan cada año al país para este tipo de tratamientos.
Un caso similar ocurrió con Martyn Latchman, un británico de 38 años que también falleció tras someterse a un trasplante capilar en Estambul, en la clínica CINIK. La clínica afirmó que Latchman presentó problemas de salud inesperados en la fase de preparación del procedimiento, no durante la intervención.
A pesar de estos incidentes, las autoridades y clínicas locales insisten en que los trasplantes capilares son procedimientos seguros y que la mayoría de los pacientes no enfrenta complicaciones graves. Sin embargo, estos casos resaltan la necesidad de evaluar riesgos y condiciones médicas antes de someterse a procedimientos estéticos en el extranjero.





