El Pacífico mexicano tiene una extraña isla llamada Clipperton, que aunque pertenece a México es desconocida para la mayoría de la gente. Está ubicada cerca de las costas de Acapulco y de Playa La Llorona de Michoacán.
En la historia, esta isla ha sido motivo de discordia, fuente de tragedia y hasta algo de locura a través del tiempo.
La isla Clipperton lleva el nombre del pirata inglés John Clipperton, que llegó ahí en el siglo XVIII. Más que una isla es un atolón coralino —un tipo de arrecife de coral que tiene forma de anillo, con una laguna estancada de agua dulce en su centro— y es el último de los territorios que perdió nuestro país cuando Francia lo reclamó.
También llamada “La Isla de la Pasión”, se dice que este lugar relativamente pequeño y algo alejado del continente tiene una maldición para todos los que la han habitado y además su dominio llegó a reclamarse por otros países como Inglaterra, Estados Unidos y por supuesto, México.
La historia de la Isla Clipperton
Lo primero que se sabe de esta pequeña isla o atolón, es que en 1527 la descubrió el explorador español Álvaro de Saavedra y con esto España sería su primer “propietario”. En 1705 llegaría ahí el pirata John Clipperton con lo que el lugar obtuvo su primer nombre. Se dice que él la usó como base de operaciones y que hasta llegó a esconder ahí el botín que consiguió de sus saqueos a los galeones españoles.
Inglaterra no pudo reclamar la propiedad de la isla porque Clipperton era un pirata. Para 1711, con la llegada de navegantes franceses, el país galo reclamó su posesión y la bautizaron como la Isla de la Pasión (Île de la Passion).
Con la declaración de independencia México tomo los derechos de posesión de la isla y por un tiempo formó parte del territorio nacional hasta que Napoleón III, con el segundo imperio francés, reclamó otra vez su dominio en 1858 y el teniente Víctor Le Coat la anexó al territorio de Tahití, también dominado por Francia.
Explotación estadounidense de guano y la maldición de Clipperton
Un poco después se le concedió a los estadounidenses de la Pacific Island Company la explotación del guano, que es un buen fertilizante abundante en la isla y en 1906 la isla alojaba a los trabajadores de la compañía. En total eran alrededor de 100 habitantes entre mineros, ingenieros y militares con sus mujeres e hijos. También había intereses políticos en el atolón por estar cerca del Canal de Panamá.
Pero algunos años después se declaró la bancarrota de la compañía norteamericana y los habitantes de la Isla de la Pasión cayeron en la ruina. Algunos navíos mexicanos llegaron a llevar provisiones, pero con el inicio de la Revolución Mexicana el envío de víveres se vio interrumpido.
La isla llegó a tener hasta una vía de ferrocarril, pero el guano no era de buena calidad. Los habitantes de la isla cayeron en desgracia y algunos llegaron a morir de hambre y sed. Victoriano Huerta mandó un barco con provisiones en 1914 pero éste se hundió sin llegar con la ayuda para los sobrevivientes.
La supervivencia en Clipperton
Los trabajadores sobrevivientes con sus familias llegaron a alimentarse únicamente de pescado y los cocos que ellos mismos plantaron y poco a poco iban muriendo de hambre o escorbuto.
En 1915 llegó un barco de rescate estadounidense, pero Ramón Arnaud Vignon, un militar mexicano que envió Porfirio Díaz para gobernar la isla y que más tarde desertó del ejército, se negó a abandonarla por temor a ser juzgado. Afirmó que los habitantes todavía tenían provisiones suficientes y con esto condenó a la población que quedaba en Clipperton.
Los meses pasaron y la provisión de cocos estaba destinada sólo para las mujeres y los niños. Los hombres ya deliraban y Arnaud al verse desamparado, murió en una canoa junto con otros dos hombres cuando trataban de alcanzar un barco que pasaba cerca de la isla.
Desolación y locura
Así, en la isla sólo quedaron algunas mujeres y niños en compañía del último hombre llamado Victoriano Álvarez, que en medio de la decadencia se declaró como el rey de Clipperton. Álvarez llegó a violar a las mujeres y hasta asesinó a algunas, pero cuando quiso abusar de la viuda de Ramón Arnaud, ella lo mató.
Finalmente, después de un tiempo llegó a la isla un navío estadounidense que rescató a las cuatro mujeres y siete niños que lograron sobrevivir. Después los estadounidenses intentaron adueñarse de la isla, pero Clipperton quedó bajo el dominio francés, que estableció ahí una base militar que fue desmantelada en 1944.
La Isla de la Pasión abandonada
A principios de los 40 Emilio “Indio” Fernández filmó la película “La Isla de la Pasión” en Clipperton con los actores Pedro Armendariz, David Silva e Isabela Corona, entre otros. La cinta cuenta algo de la historia de la isla durante el estallido de la Revolución y la ocupación francesa.
En los 60 Francia quería destinar la isla para realizar pruebas nucleares pero debido a su ubicación remota y al clima hostil, estas prácticas no llegaron a Clipperton. Más tarde en los años 70 se planeó hacer de la isla un destino turístico con aeropuerto propio y un puerto pesquero pero el proyecto no se realizó por los altos costos y la lejanía de cualquier otro punto geográfico.
Clipperton permanece abandonada y sólo recibe la visita de pescadores, patrulleros de la marina francesa y algunos científicos y exploradores como el desaparecido Jaques Cousteau y su equipo de buzos o Lance Milbrand, que en 2003 permaneció en el atolón durante 41 días para hacer un documental para National Geographic.
La extraña “Isla de la Pasión” o Clipperton quedó como un lugar lleno de polémica y su historia es desconocida para muchos. Ya veremos qué es lo que el destino le depara a este atolón del Océano Pacífico.
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