
5 de septiembre de 2025.–La cuenta de WhatsApp hackeada del padre Juan Gabriel Contreras Hernández, párroco de la iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en José María Morelos, fue utilizada por delincuentes para intentar cometer fraudes digitales en contra de sus contactos. Los responsables suplantaron su identidad y comenzaron a enviar mensajes a conocidos, familiares y feligreses solicitando transferencias de dinero de manera urgente.
De acuerdo con los reportes, los estafadores enviaban textos en los que aseguraban que el sacerdote enfrentaba problemas con su aplicación bancaria. En uno de los mensajes, pedían un “préstamo” con la promesa de devolverlo en un par de horas, tratando de aprovechar la confianza de quienes forman parte de su círculo cercano para obtener recursos de manera inmediata.
El modus operandi consistió en redactar mensajes convincentes y con tono de urgencia, buscando que las personas actuaran sin cuestionar. Este tipo de fraude digital es cada vez más común en la región, donde delincuentes utilizan cuentas de WhatsApp clonadas o robadas para suplantar identidades y engañar a las víctimas.

Tras conocerse el caso, se pidió a la población mantenerse alerta y no realizar transferencias si reciben mensajes sospechosos, aun cuando provengan de números conocidos. Se recomienda confirmar mediante llamadas telefónicas o encuentros personales antes de brindar cualquier tipo de apoyo económico, evitando caer en estos engaños.
La comunidad católica expresó su preocupación por este tipo de delitos, ya que afectan no solo a la persona cuya identidad fue suplantada, sino también a la confianza de la sociedad en general. El propio sacerdote Juan Gabriel Contreras ha pedido a quienes reciban mensajes extraños a su nombre que hagan caso omiso y denuncien de inmediato.
Finalmente, las autoridades invitan a la ciudadanía a reportar este tipo de situaciones para iniciar las investigaciones correspondientes. La suplantación de identidad en WhatsApp y otros medios digitales es un delito que crece con rapidez, por lo que la prevención y la denuncia se vuelven herramientas fundamentales para frenar a los ciberdelincuentes.