8 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La creciente presión militar del presidente estadounidense Donald Trump sobre el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela está siendo respaldada logísticamente por varias islas del Caribe, a pesar de la oposición de muchos líderes latinoamericanos. Este despliegue, la mayor operación militar de EE.UU. en la región en años, requiere una vasta asistencia que incluye pistas de aterrizaje, puntos de abastecimiento, radares avanzados, espacio para almacenar equipos y campamentos para los soldados. Desde la República Dominicana hasta Trinidad y Tobago, una serie de naciones han asumido roles disímiles en apoyo a la «Operación Lanza del Sur» de Estados Unidos.
El masivo despliegue militar estadounidense en aguas de la región incluye al menos 12 buques de guerra, un submarino nuclear, aviones, helicópteros y drones, además de dos portaaviones (el USS Gerald R. Ford y el Iwo Jima), con un total de más de 15.000 efectivos. El objetivo declarado de Washington es frenar el tráfico de drogas desde Venezuela. Sin embargo, muchos observadores y Caracas creen que la verdadera intención es forzar un cambio de gobierno. El experto Evan Ellis señala que los aliados en el Caribe probablemente proporcionan apoyo de vigilancia, logística y contingencia, pero la mayoría «evitará ser puntos de lanzamiento de ataques ofensivos».
Estados Unidos ha realizado más de 20 ataques contra embarcaciones sospechosas de transportar drogas en aguas internacionales, causando la muerte de más de 80 personas. Analistas geopolíticos, como Björn Beam, consideran que Washington ha difuminado la frontera entre la lucha contra el terrorismo y el cambio de régimen al declarar un «conflicto armado» contra actores no estatales que operan desde Venezuela. Esto convierte la operación en algo «jurídicamente flexible», que podría evolucionar desde ataques limitados en el mar hasta acciones selectivas en tierra, sin requerir la aprobación del Congreso.
Islas del Caribe Próximas a Venezuela: Aruba, Curazao y Trinidad y Tobago
Varias islas del Caribe con ubicaciones estratégicas están brindando infraestructura. Aruba, Curazao y Bonaire, territorios de ultramar holandeses a solo 80 kilómetros de Venezuela, albergan bases de operaciones avanzadas de EE.UU. para la detección y monitoreo aéreo y marítimo. Aunque requieren la autorización de Países Bajos para ataques, la presencia militar ya es un hecho. Los expertos notan «nerviosismo» en la región ante la posibilidad de que Venezuela perciba esto como un apoyo militar y dirija operaciones en su contra. De hecho, recientemente se documentó la presencia de bombarderos estadounidenses sobrevolando el espacio aéreo entre Aruba y Curazao.
Trinidad y Tobago, a solo 11 kilómetros de la costa venezolana, es la más expuesta y la más proestadounidense bajo el gobierno actual. El país ha facilitado el entrenamiento de fuerzas especiales, ha recibido buques de guerra de EE.UU. y ha permitido que infantes de marina operen y modernicen un radar en el aeropuerto de Tobago. Su gobierno justifica este apoyo como parte de la seguridad nacional y la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, han trazado la «línea roja» de no permitir ataques ofensivos desde su territorio, a menos que sean atacados por Venezuela.
República Dominicana y los Territorios de EE.UU. como Centros de Apoyo Logístico en el Caribe
República Dominicana es otro aliado clave y es el que más abiertamente ha ofrecido apoyo logístico a la «Operación Lanza del Sur». El gobierno del presidente Luis Abinader está firmemente alineado con Washington, lo que le beneficia en términos de turismo y acceso al mercado estadounidense. República Dominicana ha firmado acuerdos que permiten el uso militar de zonas restringidas en la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de Las Américas, además de facilitar el reabastecimiento de combustible y el traslado de equipos y personal a través de su territorio.
Finalmente, los territorios estadounidenses de Puerto Rico e Islas Vírgenes de EE.UU., que se encuentran a unos 800 kilómetros de Venezuela, están sirviendo como centros de acopio y apoyo logístico para la mayor parte del personal y equipos militares. La antigua base naval de Roosevelt Roads en Puerto Rico ha sido reactivada, con pistas repavimentadas para aeronaves grandes como el Boeing C-17 Globemaster. En estas instalaciones se han desplegado cazas F-35 y se han establecido zonas de vuelo restringidas para facilitar operaciones de alta intensidad.
La Capacidad de Ataque Acumulada y el Escenario de Operaciones
