
1 SEPTIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, ha tomado una postura firme en contra de las políticas migratorias de la administración Trump. En un movimiento audaz, firmó un decreto que busca resistir la ofensiva migratoria federal que, según informes, podría incluir el despliegue de militares en la ciudad. Este decreto es una guía para las agencias y la policía de Chicago, instándolas a no colaborar con las fuerzas federales en operativos que busquen la aplicación de leyes de inmigración civil.
El alcalde Johnson expresó su preocupación por la posible «aplicación militarizada» de las leyes de inmigración, que podría incluir el uso de la Guardia Nacional o incluso tropas militares en servicio activo. «Nosotros no hemos pedido esto. Nuestra gente no ha pedido esto, pero, sin embargo, nos vemos obligados a responder a esto», afirmó Johnson. El decreto exige a las agencias federales que se identifiquen, usen cámaras corporales y se abstengan de usar máscaras, buscando así un enfoque de transparencia.

Disputa federal y resistencia local
La orden del alcalde de Chicago es una medida sin precedentes y se suma a la lista de intentos de las ciudades lideradas por demócratas para contrarrestar los ataques de la administración Trump. El decreto ordena a los departamentos municipales que utilicen «todas las vías legales y legislativas disponibles para resistir» los esfuerzos federales que violen los derechos de los habitantes de Chicago. Sin embargo, no está claro qué tan efectiva será la medida para detener los planes del presidente, quien ha indicado que expandirá su campaña policial a ciudades de todo el país. La ofensiva migratoria se ha convertido en un nuevo campo de batalla entre el poder federal y el local.
El gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, ha respaldado la postura del alcalde, criticando a Trump por planear una acción tan excepcional sin consulta previa con los líderes locales. «Si realmente se trataba de combatir la delincuencia… ¿qué justificación podría tener la Casa Blanca para planificar una acción tan excepcional sin ninguna conversación ni consulta con el gobernador, el alcalde ni la Policía?», cuestionó Pritzker. Esta tensión entre los gobiernos estatal, local y federal subraya la profunda división política en el país y el enfoque de Trump de utilizar el poder federal para impulsar su agenda.

La disputa en torno a la ofensiva migratoria en Chicago pone de manifiesto una grave preocupación constitucional. El posible despliegue de la Guardia Nacional o fuerzas federales en ciudades sin el consentimiento de los líderes locales, algo que algunos expertos consideran ilegal, representa un precedente peligroso para la autonomía de los estados y municipios. El enfoque de Trump de militarizar la respuesta a la inmigración es un tema de debate crítico y constructivo, que va más allá de la política partidista y toca el corazón de la estructura democrática estadounidense.
El debate entre el alcalde Johnson y la Casa Blanca refleja la polarización actual. Mientras Johnson y Pritzker califican la medida como «inconstitucional, ilegal y costosa», la portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson, la ha calificado como un «truco publicitario». Las palabras de figuras como el vicepresidente J.D. Vance, que cuestionan la prioridad de los alcaldes por encima de la seguridad de sus ciudadanos, demuestran la complejidad del tema y la falta de consenso en el país. El enfoque del gobierno federal es que los líderes locales «pidan ayuda», mientras que los líderes locales argumentan que las medidas propuestas son invasivas e inefectivas para abordar la delincuencia.
