MONTERREY (EFE).— Los albergues de la mayor ciudad del norte de México, Monterrey, se mantienen en alerta ante la posible ola de migrantes que desataría la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos este lunes, con miles de ellos que preferirían ahora buscar empleo en este polo industrial del país.
El párroco Marcos Montealvo Veras, director de la Casa INDI, expuso en una entrevista con EFE que desde octubre, un mes antes de la elección estadounidense, tuvieron una reunión con refugios del norte de México para abordar el tema.
“Hemos venido reflexionando y trabajando desde octubre. En octubre tuvimos una reunión los directores y encargados de casas de la zona norte: Sonora, Chihuahua, Juárez, Piedras Negras, Reynosa, es decir, toda la zona norte, quisimos platicarlo mucho y hemos reflexionado”, dijo.
La preocupación ante las advertencias migratorias de Trump ha crecido en las ciudades cerca de la frontera con Estados Unidos, como refleja la emergencia preventiva que declaró Tijuana la semana pasada y los preparativos de las organizaciones religiosas en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Monterrey, con más de 5.3 millones de habitantes, está a unas tres horas de la frontera, pero suele ser destino de migrantes que prefieren quedarse en el país a trabajar ante su industria y el crecimiento del sector de la construcción.
El párroco mencionó que cada una de las casas que atienden a migrantes tiene sus particularidades porque cada una tiene su propia capacidad y problemáticas.
“Ahorita estamos trabajando bien, no ha rebasado la capacidad que tenemos. Sin duda, lo que se ha dicho de las deportaciones no podemos decir a ciencia cierta con seguridad cuántos serán”.
Añadió que, por ahora, lo que se está haciendo es trabajar en los espacios que tienen disponibles para habilitar un poco más allá de lo que es su capacidad.
TestimonioSacerdote y activista
El párroco Marcos Montealvo Veras, director de la Casa INDI, expuso lo siguiente:
Trabajo de organización
“Queremos hacer un trabajo de organización, de mejorar los espacios que nosotros tenemos y hasta ahí. Es una tarea o una realidad en la cual debemos incluirnos todos: la sociedad civil, las instituciones, el gobierno”, agregó el sacerdote.
La preocupación crece
En vísperas de la investidura de Trump, este 20 de enero, la preocupación crece en México porque los mexicanos son cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos y sus remesas representan casi el 4% del PIB.
Es preocupante ver que se espera otra ola de migrantes en el norte del país. La situación ya es complicada y con tantos problemas sociales y económicos, parece que las cosas solo van a empeorar. Es clave que las autoridades pongan atención y busquen soluciones, porque no se trata solo de números, sino de vidas humanas que buscan una oportunidad.
Es preocupante ver cómo se anticipa otra ola migratoria, especialmente porque muchos de esos migrantes buscan una vida mejor y huyen de la violencia o la pobreza. Sin embargo, también hay que considerar la capacidad de las ciudades y albergues para atender a tantas personas. Es un tema complicado, y espero que se encuentren soluciones que no solo ayuden a los migrantes, sino que también no sobrecarguen a los recursos locales.
Es preocupante que se esté hablando de una nueva ola migratoria, especialmente con lo que ya hemos visto en el pasado. Muchos migrantes huyen de situaciones difíciles y, si no se toman medidas adecuadas, esto podría generar más problemas en la frontera. Ojalá se pueda encontrar una solución que ayude tanto a quienes buscan una mejor vida como a las comunidades receptoras.