Buenos Aires, Argentina 14 de septiembre de 2023.-Los bonos argentinos, tanto públicos como privados, mantienen su tendencia al alza en respuesta a la históricamente alta inflación registrada en agosto, la más alta en los últimos 32 años. Esta situación complica el panorama financiero previo a las elecciones presidenciales de octubre, que ya eran inciertas.
A pesar de los debates en el Banco Central (BCRA) sobre un posible aumento de las tasas de interés, fuentes cercanas al tema informaron a Reuters que esto no ocurriría. Esto ha aumentado la presión hacia el dólar, en detrimento del debilitado peso argentino.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto aumentó un 12.4%, lo que llevó a un incremento del 124.4% en los últimos 12 meses. Esto sitúa a la tercera economía de Latinoamérica entre las peores del mundo en términos de inflación, y los analistas privados predicen un aumento del 169.3% para el año 2023.
Lautaro Moschet, de la Fundación Libertad y Progreso, comentó: «El altísimo dato de inflación de agosto deja un panorama desalentador para lo que resta del año, y en septiembre es muy probable que tengamos un dato nuevamente de dos dígitos.»
En este contexto de pérdida de valor del peso, los activos de alta liquidez en el mercado interno son considerados una cobertura para mitigar pérdidas, especialmente mediante la conversión de compras en pesos a liquidaciones en dólares.
La reciente victoria del ultraliberal Javier Milei en las elecciones primarias de agosto ha equilibrado aún más el panorama político. Milei propone dolarizar la economía y eliminar el banco central, mientras que el candidato oficialista, Sergio Massa, respalda la moneda local, y la centroderecha liderada por Patricia Bullrich promueve la bimonetización.
La crisis económica y la incertidumbre política han llevado a una creciente dolarización en medio del aumento de la pobreza, la disminución de las reservas del BCRA y un fuerte déficit fiscal.
En cuanto a los datos financieros, la deuda extrabursátil ha mostrado un aumento promedio del 0.3%, impulsada por emisiones dolarizadas, y el riesgo país medido por el JP Morgan ha caído ocho puntos básicos, ubicándose en 2,156 unidades.
Los bonos vinculados a la inflación y al dólar han sido los más demandados, especialmente los de corto plazo, aunque se anticipa que el próximo gobierno deberá tomar medidas frente a la compleja situación financiera del país.
El índice S&P Merval de la bolsa de Buenos Aires ha subido un 1.31%, alcanzando las 560,673.84 unidades, con acciones del sector energético liderando el avance después de un aumento del casi 7.5% en las dos sesiones anteriores.
En cuanto al tipo de cambio, el peso argentino en los mercados alternativos ha perdido terreno, cotizando a 736.3 por dólar en el mercado «contado con liquidación» (CCL) y a 681 unidades en el «dólar MEP,» mientras que el mercado paralelo o ‘blue’ ha subido a 725 por dólar, con una brecha del 107.1% en comparación con la paridad oficial.
El peso mayorista se mantuvo en 350 por dólar bajo el control del Banco Central, que ha acumulado 22 días hábiles con saldo positivo en sus reservas debido a un plan especial de liquidación de exportaciones de soja.
Para el cierre del mercado, el Ministerio de Economía tenía previsto anunciar los resultados de su licitación de bonos para hacer frente a vencimientos estimados en alrededor de 693,400 millones de pesos, de los cuales el 85% está en manos de inversores privados, según operadores.