
Trump quería una solución rápida ante los retrasos de Boeing
22-Mayo-2025 En medio de los retrasos del #AirForceOne, #Donald Trump decidió buscar una alternativa rápida y lujosa para reemplazar el avión presidencial. En 2018, el gobierno estadounidense firmó un contrato por 3.900 millones de dólares con Boeing para fabricar dos nuevas aeronaves, pero los retrasos superaron la fecha prevista para 2024. Preocupado por no tener los aviones listos antes del fin de un posible segundo mandato, Trump se enfocó en una solución más inmediata, aunque no menos controversial.
La atención del expresidente se dirigió a un Air Force One alternativo, un Boeing 747-8 propiedad de la familia real de Qatar. Este avión había estado en venta por años sin éxito, y en mayo fue ofrecido como un “regalo” a Estados Unidos. Aunque el precio de mercado rondaba entre 150 y 180 millones de dólares, Qatar aseguró que no esperaba compensación financiera, lo que generó una fuerte polémica sobre si era ético aceptar un obsequio de ese nivel sin pasar por el Congreso.
Lo que más llamó la atención fue el nivel de lujo del avión qatarí: revestimientos de cuero fino, detalles de madera, baños decorados como una obra de arte y materiales de la más alta calidad. Trump visitó el avión durante una estadía en Mar-a-Lago, acompañado de su amigo y enviado al Medio Oriente, Steven Witkoff, quien tiene conexiones con Qatar. Para algunos críticos, todo esto dejó entrever posibles intereses ocultos del país árabe en estrechar lazos con la administración Trump.
El regalo de Qatar desata debate ético en la Casa Blanca

La propuesta de integrar el avión qatarí a la flota presidencial causó preocupación dentro y fuera del gobierno. Especialistas advirtieron que adaptar el jet a los estándares del Air Force One implicaría modificaciones por más de mil millones de dólares. Se necesitarían sistemas de defensa contra misiles, comunicaciones seguras y blindajes especiales, lo que anula en parte la supuesta “economía” del regalo.
Además, aceptar el avión sin un proceso transparente podría sentar un precedente peligroso. Políticos de ambos partidos y expertos en ética han manifestado que recibir un avión como obsequio rompe con protocolos diplomáticos y abre la puerta a conflictos de interés. Aunque Trump aseguró que el jet podría usarse en defensa o exhibirse en su futura biblioteca presidencial, las dudas siguen creciendo.