
CIUDAD DE MÉXICO.— A pesar de que las protestas incrementan los rezagos en la búsqueda de justicia, familias buscadoras de la capital mexicana no sólo respaldaron las movilizaciones de los trabajadores del Instituto de Servicios Periciales y Ciencias Forenses (Incifo) y de la Coordinación de Investigación Forense y Servicios Periciales de la Fiscalía General de Justicia de Ciudad de México (Fgjcdmx), sino que también consideraron que era necesario que se pronunciaran.
Las familias buscadoras consideran que estas movilizaciones exponen deficiencias estructurales profundas en las instituciones encargadas de la investigación forense y la impartición de justicia. Señalan que las carencias materiales, organizativas y de personal afectan directamente la eficacia de las investigaciones y la atención a las víctimas indirectas de desaparición, configurando un problema sistémico que requiere respuestas institucionales profundas y sostenidas.
Para Jaqueline Palmeros, madre buscadora de larga data, es injusto considerar que las protestas promovidas por los expertos en materia forense y criminalística implican un retraso en la impartición de la justicia, pues desde “bastante tiempo antes” las familias buscadoras han identificado una serie de fallas estructurales de ambas instituciones.
Habla de temas que obstruyen las investigaciones, como falta de recursos materiales, fallas en la identificación de cuerpos, así como con su conservación, resguardo y una ineficiente, “por no decir inexistente”, recolección de perfiles genéticos.
En entrevista con Proceso, la integrante del colectivo Una Luz en el Camino, reconoce que las protestas y la suspensión de labores ocasionarán afectaciones en el desarrollo de los casos de personas desaparecidas, aun así sentencia:
“Ya era justo y necesario que no solamente el reclamo viniera de las familias, sino de los propios trabajadores. Estoy de acuerdo en que se sumen al paro, estoy de acuerdo en que alcen la voz porque humanamente no es posible que ellos sigan trabajando así”.
Habla en nombre de las familias que integran el colectivo, con las que ha compartido la experiencia de buscar un desaparecido, cuando dice es “humanamente válido” que los profesionales exijan que se hagan valer sus derechos laborales, pues encuentra una relación directa y clara entre las condiciones que enfrentan al interior de las instituciones con su desempeño y la atención que brindan a las víctimas: “Nosotros hemos trabajado muy cerca con ellos, les faltan muchos recursos”.