
Tokyo se vistió de gala el pasado 6 de septiembre, cuando el príncipe Hisahito cumplió 19 años y marcó un hito: se convirtió en el primer miembro masculino de la familia imperial en alcanzar la adolescencia real en cuatro décadas. La ceremonia, conocida como Kakan‑no‑Gi, tuvo lugar en el Palacio Imperial y estuvo cargada de simbolismo, comenzando con el príncipe recibiendo el antiguo kanmuri (crown) como signo de nueva etapa. La jornada simbólica, silenciosa y solemne, reflejó el peso del ritual y la continuidad de tradiciones imperiales que trascienden generaciones.
Responsabilidad y tradición en juego
Durante el evento, Hisahito vistió una túnica amarilla tradicional reservada para menores, que reemplazó al recibir la corona negra de adulto frente a los miembros más cercanos de su familia, incluido el emperador Naruhito y la emperatriz Masako. Después del ritual formal, con cambio de vestimenta, se desplazó en un carruaje tirado por caballos hacia los tres santuarios del palacio para realizar oraciones, perpetuando prácticas milenarias. Más tarde, recibió la Gran Cinta de la Suprema Orden del Crisantemo y saludó a sus abuelos, el emperador emérito Akihito y la emperatriz emérita Michiko.
El acto, además, consolidó su ingreso formal a la vida pública como miembro adulto de la casa imperial y reforzó la solemnidad de su estatus .
Un futuro incierto bajo la adolescencia real
Sin embargo, esta transición no fue motivo de celebraciones aisladas: la propia adolescencia real del príncipe Hisahito resalta una crisis latente en la monarquía. Al ser actualmente el único heredero varón viable —la ley de sucesión vigente prohíbe a las mujeres acceder al trono—, su llegada al mundo adulto reaviva urgentes discusiones sobre la continuidad de la institución . La princesa Aiko, hija del emperador, sigue excluida pese al amplio respaldo público, y las reformas propuestas—como permitir emperatrices o restituir estatus a los descendientes femeninos—no han avanzado .
Un ángulo complementario relevante es la postura académica y ecologista del príncipe. En marzo, en su primera conferencia de prensa, Hisahito afirmó su deseo de equilibrar sus deberes reales con sus estudios universitarios en biología en la Universidad de Tsukuba. Manifestó una profunda preocupación por el cambio climático, defendió su amor por cultivar vegetales y arroz en los jardines palaciegos, y reveló su interés en los insectos urbanos, especialmente las libélulas. Este perfil innovador muestra que su adolescencia real no solo implica responsabilidad tradicional, sino también compromiso social y ambiental, lo que añade una dimensión contemporánea a su rol histórico.