
Adidas presentó su modelo «Oaxaca Slip‑On», creado por el diseñador mexicoestadounidense Willy Chavarría, con una suela deportiva combinada con tejido de cuero negro que evoca los tradicionales huaraches artesanales de Villa Hidalgo Yalálag, Oaxaca. Sin embargo, el gobierno local denunció que esta reinterpretación fue realizada sin consulta, reconocimiento o beneficio para los artesanos.
El gobernador Salomón Jara Cruz anunció que emprenderá acciones legales formales contra Adidas por apropiación cultural, incluyendo una denuncia ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). La Secretaría de Cultura de Oaxaca (Seculta) exigió también la suspensión inmediata del modelo, reparaciones y reconocimiento público del origen del diseño.
Desde la presidencia, Claudia Sheinbaum señaló que los huaraches representan «propiedad intelectual colectiva» y que se deben cumplir las leyes de patrimonio cultural. Informó que Adidas ya está en diálogo con autoridades oaxaqueñas, mientras se analizan posibles reformas legales para reforzar la protección de las expresiones culturales indígenas.
Este caso se suma a una serie de controversias previas por apropiación cultural, donde marcas reconocidas como Zara, Anthropologie y Louis Vuitton enfrentaron críticas similares en México. El gobierno mexicano, especialmente después de la reforma constitucional de 2024, ha intensificado sus esfuerzos para proteger el patrimonio cultural indígena.
Los artesanos de Villa Hidalgo Yalálag han tejido por generaciones el calzado que hoy inspira modelos de lujo. Para ellos, cada par de huaraches no solo es un producto, sino una representación de su historia, su cosmovisión y su técnica ancestral. Al ser replicados por marcas multinacionales sin consentimiento ni reconocimiento, sienten que no solo les roban un diseño, sino también parte de su identidad colectiva.
El modelo “Oaxaca Slip-On” de Adidas tiene un precio estimado de 250 dólares estadounidenses por par (alrededor de $4,100 MXN), mientras que los huaraches artesanales originales se venden en mercados locales entre $300 y $600 pesos. Esta enorme disparidad ha encendido el debate sobre la explotación comercial del arte indígena, donde los verdaderos creadores rara vez ven una retribución justa.
México carece de una legislación sólida para proteger el patrimonio cultural inmaterial, lo que deja a las comunidades en una posición vulnerable frente a las grandes marcas. Aunque existen tratados internacionales como el Convenio 169 de la OIT y declaraciones de la UNESCO, su aplicación práctica es limitada sin leyes nacionales contundentes. Este caso podría marcar un precedente para impulsar una legislación que reconozca los derechos colectivos de las comunidades originarias.
La industria de la moda ha sido señalada repetidamente por apropiarse de textiles, símbolos y estilos indígenas de América Latina, Asia y África. El caso Adidas es solo el último de una larga lista. Mientras las marcas hablan de “homenajes” o “inspiración”, comunidades enteras siguen sin acceso a los beneficios económicos de sus propias creaciones.