25 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. El coordinador de Morena en el Senado, Adán Augusto López Hernández, ha salido al paso de las acusaciones y rumores que lo ligan a su exsecretario de Seguridad Pública en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, señalado presuntamente como líder del grupo criminal «La Barredora». López Hernández fue categórico al afirmar que no ha conversado con el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre este delicado asunto. Su declaración busca desvincular al primer mandatario de la polémica generada por las investigaciones que apuntan a su excolaborador en el estado de Tabasco, resaltando la autonomía de su posición frente a las indagatorias.
Disposición a Declarar y Críticas al Proceso
Frente a la controversia, el senador tabasqueño manifestó su total disposición a cooperar con las autoridades. Adán Augusto López aseguró que se presentará a declarar ante la Fiscalía si así lo considera necesario la institución encargada de la investigación. «Yo voy a esperar que la fiscalía, si ellos lo consideran necesario, me citen a declarar…», expresó, dejando claro que acatará cualquier requerimiento legal. Además, presumió contar con el apoyo de «millones de mexicanos que somos parte del movimiento», blindándose políticamente ante el escándalo que lo relaciona con un grupo criminal.

El político no dudó en señalar las irregularidades en el manejo de la información en este caso. El senador criticó duramente la filtración de expedientes judiciales, asegurando que constituye una falta grave al debido proceso. López Hernández negó rotundamente haber tenido cualquier tipo de trato o relación con Bermúdez Requena durante su campaña para la gubernatura de Tabasco, buscando así separarse del presunto líder del grupo criminal. Subrayó que nadie, aparte de los fiscales, debería conocer el contenido de un expediente, calificando la difusión como una falta inaceptable en el sistema de justicia.
Respecto a los esfuerzos por afectar su carrera política, López Hernández minimizó la solicitud de juicio político presentada en su contra por la diputada suplente del PAN, María Luisa Pérez Jaén. «¿El juicio político en la Cámara de Diputados? Ninguna, hombre…», comentó restándole toda importancia al proceso. El senador se mostró tranquilo ante las acciones de la oposición, enfocándose en defender su trayectoria y la del movimiento al que pertenece, aún en medio de señalamientos que buscan vincularlo con el actuar de un grupo criminal en su estado natal.
La implicación de que «La Barredora» opera principalmente en la zona de La Chontalpa, Tabasco, y su existencia ha sido históricamente un «secreto a voces» en la región, siendo un grupo que se nutre del control territorial y las extorsiones a empresarios locales y el sector petrolero. La negación de Adán Augusto de hablar con el presidente sobre este tema podría interpretarse como una maniobra para evitar arrastrar la figura presidencial a un escándalo de seguridad estatal con tintes federales, donde el tráfico de influencias podría ser un factor de investigación. La disposición a declarar se vuelve un recurso político para mostrar transparencia, aunque no aborda la raíz del problema: la posible colusión de un exsecretario de seguridad con el crimen organizado.
