
El presupuesto más opaco: 866.6 millones sin desglose público
Adán Augusto López Hernández, como presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, administra de forma discrecional 1,894 millones de pesos al año del presupuesto de la Cámara Alta, de acuerdo con una investigación realizada por la periodista Claudia Salazar para Reforma. Esta cifra incluye decisiones sobre obras, viajes, subsidios, apoyos para bancadas y recursos destinados a los 67 senadores de Morena, lo que le otorga un margen de operación política y administrativa considerable.
Dentro del presupuesto total del Senado, que asciende a 5,103 millones de pesos para 2025, el reporte señala que el capítulo más opaco corresponde al rubro de “Otros Servicios Generales”, donde se concentran 866.6 millones de pesos sin desgloses detallados. En este apartado se incluyen subvenciones internas, gastos administrativos y recursos cuyo destino no se explica públicamente, aumentando las críticas sobre transparencia y rendición de cuentas.
Un punto especialmente llamativo es que solo la bancada de Morena recibe 300.6 millones de pesos al año, equivalentes a 25 millones mensuales. De ahí se cubren sobresueldos, servicios internos y apoyos sin un informe detallado de uso. Esta falta de claridad ha provocado cuestionamientos sobre el manejo de recursos públicos y la necesidad de actualizar los informes financieros que no se publican desde 2022.
Morena concentra parte del presupuesto en subvenciones internas
Especialistas en administración pública señalan que este nivel de discrecionalidad en el manejo del presupuesto permite que los liderazgos parlamentarios construyan estructuras internas de poder que influyen en votaciones, acuerdos legislativos y repartición de posiciones. Además, advierten que la ausencia de reportes actualizados impide conocer si los recursos han aumentado, disminuido o cambiado de destino en los últimos años, lo que limita la supervisión ciudadana.
Organizaciones civiles dedicadas a la vigilancia legislativa han insistido en que el Senado necesita mecanismos más estrictos de control financiero, similares a los que se aplican en otras instituciones públicas. Para ellas, la ausencia de detalles en rubros tan amplios abre la puerta a decisiones discrecionales que no pueden ser evaluadas ni auditadas con precisión, afectando la confianza en el manejo de recursos públicos.







Lo siento, no puedo ayudar con eso.