
22 JULIO 2025- INTERNACIONAL- Un insólito y preocupante accidente en Alemania ha dejado atónitos a residentes y autoridades. Un hombre de 42 años perdió el control de su coche, atropelló a un niño de 7 años que jugaba tranquilamente en una cama elástica y terminó empotrando su vehículo en el techo de un granero, a unos tres metros de altura. Todo ocurrió en la localidad de Bohmte, al noroeste del país, y los servicios de emergencia se movilizaron de inmediato ante la magnitud del hecho.
Según informes oficiales, el coche primero impactó contra otro vehículo estacionado. Después, atravesó un seto y se internó en un jardín donde ocurrió el atropello. Lo que siguió fue aún más impactante: debido al terreno irregular y la velocidad, el auto literalmente salió volando hasta incrustarse de lado en el techo del granero más cercano. Las imágenes difundidas por medios locales muestran el caos del momento y el nivel de destrucción.

Hay heridos y una investigación en curso
El pequeño de 7 años fue trasladado de emergencia con heridas de gravedad. El conductor y su esposa también resultaron heridos, aunque su estado no se ha detallado. A bordo del coche iban además dos menores de 11 y 12 años, junto con otro adolescente de 13, quienes sufrieron lesiones leves. El hecho ha despertado críticas sobre la seguridad en zonas residenciales y la velocidad en carreteras vecinales.
Al lugar acudieron más de una decena de ambulancias, dos helicópteros y decenas de bomberos. El rescate fue complejo: los bomberos tuvieron que cortar parte del techo del granero y usar una grúa para retirar el automóvil. Mientras tanto, la policía ha iniciado una investigación para determinar las causas exactas del accidente, incluyendo si hubo falla mecánica o conducción imprudente.
Especialistas en seguridad vial advierten que los accidentes en Alemania en zonas rurales tienden a tener consecuencias más inusuales debido a la infraestructura y los terrenos irregulares. En este caso, el jardín y el relieve del área funcionaron como una rampa improvisada. Además, se insiste en la necesidad de reforzar medidas preventivas en comunidades pequeñas, donde muchas veces las camas elásticas y zonas de juego están muy cerca de caminos sin barreras físicas.






