
22 JULIO 2025- INTERNACIONAL-Un trágico accidente con resonancia magnética ha dejado como saldo la muerte de Keith McAllister, un hombre de 61 años, en un centro médico de Nassau, Nueva York. El suceso ocurrió cuando McAllister ingresó sin autorización a la sala donde se encontraba activa una máquina de resonancia, portando al cuello una cadena metálica con un candado de gimnasio, la cual fue absorbida violentamente por el potente imán del equipo médico.
Las autoridades calificaron el hecho como un “accidente médico”. A pesar de que McAllister fue trasladado con urgencia a otro hospital, las lesiones internas provocadas por el impacto fueron fatales. La fuerza del campo magnético atrajo el objeto metálico con tanta violencia que arrastró al hombre con él, provocando su colapso casi inmediato.

La viuda de la víctima, Adrienne Jones-McAllister, relató que su esposo solo intentaba ayudarla a moverse antes de su prueba diagnóstica. “El escáner lo giró y lo succionó, fue como si lo arrancaran del suelo”, dijo. Este relato evidencia un fallo en el control de acceso al área de resonancia, pues ni el personal médico ni las barreras de seguridad impidieron el ingreso con un objeto altamente peligroso en este contexto.
El fenómeno detrás del suceso es conocido como “efecto misil”, resultado de la interacción entre el campo magnético de la máquina y objetos ferromagnéticos. Estos elementos pueden ser atraídos con fuerza letal hacia el núcleo del equipo, convirtiéndose en proyectiles peligrosos. Aunque este principio físico es bien conocido, el accidente resalta la importancia de mantener protocolos estrictos y vigilados en estas áreas.

Los protocolos de seguridad en salas de resonancia están diseñados precisamente para evitar este tipo de tragedias. Están prohibidos los objetos metálicos, desde llaves y celulares hasta ropa con cremalleras o implantes no certificados. Sin embargo, aún no se ha aclarado cómo Keith logró entrar a la sala con una cadena tan visible y pesada sin ser detectado o advertido por el personal presente.
Este accidente revive el debate sobre la capacitación del personal médico y la supervisión en centros de imagenología. Además del doloroso desenlace para la familia de la víctima, el hecho señala una posible negligencia operativa. Expertos en seguridad médica insisten en la necesidad de simulacros periódicos, supervisión de accesos y tecnología adicional que detecte automáticamente materiales metálicos antes de ingresar a zonas sensibles. Las autoridades del centro médico aún no han dado declaraciones oficiales sobre posibles sanciones o ajustes en sus protocolos tras el incidente.
