
24 JULIO 2025-INTERNACIONAL- Un trágico accidente aéreo en Rusia ha cobrado la vida de al menos 48 personas, tras estrellarse un avión de pasajeros en la región de Amur, en el Extremo Oriente del país. Se trata de un Antonov An-24, una aeronave biturbohélice usada para vuelos de corta distancia, que había despegado con destino a Tinda desde Blagoveshchensk. Las autoridades aún no han podido confirmar el número exacto de personas que iban a bordo, pero han asegurado que no hubo sobrevivientes.
El Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia informó que el aparato fue localizado en una zona boscosa, a 16 kilómetros de Tinda, y que el fuselaje fue visto en llamas desde un helicóptero. En el lugar trabajan más de 150 socorristas y una veintena de equipos especializados. Las imágenes difundidas muestran una columna de humo elevándose entre los árboles y restos esparcidos de la aeronave, lo que da una idea de la magnitud del impacto.
Se investigan fallas en la aeronave o el protocolo
La portavoz del Comité de Investigación ruso, Svetlana Petrenko, indicó que se ha iniciado una investigación por un posible «incumplimiento de la normativa de seguridad aérea». El avión, que pertenecía a la aerolínea Angara Airlines, fue fabricado en 1976 y, aunque su certificado de navegabilidad se había extendido hasta 2036, el incidente pone en tela de juicio las condiciones reales de operación de este tipo de aeronaves antiguas en rutas complejas.

En el vuelo se encontraban empleados de los ferrocarriles rusos, dos niños, seis tripulantes y un ciudadano chino, según datos confirmados por distintas fuentes. El presidente Xi Jinping expresó condolencias a su homólogo ruso, Vladimir Putin, a través del canal estatal chino CCTV. Se espera que en las próximas horas lleguen más representantes diplomáticos a la zona para coordinar los trámites de repatriación de víctimas extranjeras.
Este accidente revive el debate sobre la modernización de la aviación regional rusa, especialmente en zonas poco habitadas donde el transporte aéreo es casi la única opción viable. En agosto de 2024, otro siniestro aéreo cobró la vida de 22 personas en Kamchatka, lo que indica que las tragedias aéreas siguen siendo frecuentes en la región. Especialistas apuntan a que las condiciones climáticas extremas, el envejecimiento de la flota y la dificultad de acceso para labores de mantenimiento son factores de alto riesgo.
El accidente también reabre una discusión crítica sobre la supervisión técnica de aeronaves antiguas en Rusia. Aunque la ley permite su operación tras pasar controles periódicos, la edad del Antonov An-24 y su uso continuo en rutas extremas podría ser motivo suficiente para replantear las regulaciones actuales. El caso será clave en la evaluación de políticas de seguridad aérea y podría acelerar reformas en materia de inspecciones y renovación de flota en zonas rurales del país.