
16 DE JULIO-La pelea entre Saúl ‘Canelo’ Álvarez y Terence Crawford, programada para el 13 de septiembre de 2025 en el Allegiant Stadium de Las Vegas, promete ser uno de los eventos más espectaculares en la historia del boxeo moderno. La expectativa es tan alta, que los accesos VIP ya han comenzado a llamar la atención por sus precios, que oscilan entre los 999 y los 22,499 dólares, dependiendo del paquete elegido.
El boxeador mexicano, multicampeón en las 168 libras por el CMB, AMB, OMB y FIB, afirmó que esta pelea será una de las más importantes de su carrera. “Estoy muy emocionado y motivado porque esto se trata de hacer historia”, expresó el tapatío, quien lleva un récord de 63 victorias, 2 derrotas y 2 empates. Por su parte, Crawford llega invicto con 41 peleas ganadas y 31 por la vía del nocaut.

Los paquetes VIP incluyen beneficios que van mucho más allá del acceso al combate. Por ejemplo, el paquete más exclusivo ofrece asientos en primera fila, hospitality con todo incluido, acceso a la rueda de prensa, al pesaje ceremonial, fiesta post-evento, fotografías en el ring y hasta una credencial conmemorativa. Además, algunos paquetes cuentan con apariciones especiales de leyendas del boxeo, lo que ha elevado aún más el interés por estos boletos.
Crawford, por su parte, no escatimó elogios hacia su rival, al señalar que Canelo es “el último gran boxeador de la era de Floyd Mayweather, Manny Pacquiao y Oscar de la Hoya”. En respuesta, el mexicano le reconoció como un gran peleador, aunque aclaró: “No es Canelo”. Este intercambio de palabras ha elevado el nivel narrativo de una pelea que ya tenía todos los ingredientes para ser histórica.
Más allá del precio de los accesos, esta pelea podría marcar un antes y un después en la industria del boxeo profesional. En los últimos años, el negocio del deporte ha migrado hacia una experiencia completa, y no sólo al espectáculo en el ring. Las entradas VIP reflejan esta tendencia: ahora se paga por vivir el evento como un «espectáculo total», con experiencias que combinan lujo, exclusividad y cercanía con las figuras del deporte. Esto plantea una reflexión crítica sobre la creciente brecha entre el aficionado promedio y el acceso a los grandes eventos deportivos. La pregunta es si este tipo de modelos, aunque rentables, seguirán alejando al público tradicional del boxeo.
