
4 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. A pesar de que Israel y Hamás acordaron un cese el fuego el pasado 10 de octubre, la realidad en Gaza seis semanas después sigue marcada por la violencia y la incertidumbre. El derramamiento de sangre no cesa, con civiles palestinos que continúan muriendo a diario por disparos y ataques israelíes, aunque con una intensidad reducida. La cifra de víctimas palestinas desde el inicio del conflicto supera ya las 70.100, con una inmensa mayoría de civiles afectados. Mientras tanto, la ayuda humanitaria, aunque vuelve a entrar a la Franja, no alcanza el volumen necesario para hacer frente a las necesidades de una población desplazada y traumatizada que aguarda el avance del plan de paz propuesto por el presidente Donald Trump.
El Goteo de Víctimas en Gaza y la Línea Amarilla
Desde la entrada en vigor del alto el fuego, el goteo de víctimas en la Franja no se ha detenido. Más de 350 personas han muerto en Gaza en ataques israelíes desde entonces, elevando la cifra total de muertes a niveles catastróficos. La mayoría de los fallecidos continúan siendo civiles, como el fotógrafo Mahmud Wadi y los hermanos Fadi y Juma Abu Assi, de 8 y 11 años, presuntamente alcanzados mientras buscaban leña. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) alegan actuar contra sospechosos y objetivos terroristas, pero la demarcación de la Línea Amarilla, la zona de retirada israelí, sigue siendo ambigua para los palestinos, lo que a menudo tiene consecuencias fatales. El portavoz de Unicef, Ricardo Pires, recordó que, a pesar del cese de hostilidades, dos niños mueren de media cada día en Gaza, subrayando la persistencia de la violencia.
La Ayuda Humanitaria Insuficiente
El acuerdo de alto el fuego establecía que 600 camiones de ayuda humanitaria debían ingresar diariamente a la Franja para satisfacer las necesidades básicas de sus 2,1 millones de habitantes. Sin embargo, a pesar de que Israel ha aliviado el bloqueo, el volumen de ayuda que entra sigue siendo insuficiente. Expertos de la ONU, incluida la relatora especial Francesca Albanese, han denunciado que el acceso sigue restringido, con un volumen de camiones que «nunca ha alcanzado el objetivo acordado». La falta de infraestructura y el bloqueo de materiales vitales para la reparación de servicios esenciales, como el agua y las aguas residuales, dificultan la supervivencia. Las dietas se basan en cereales y legumbres, con un acceso limitado a alimentos nutritivos como carne y verduras, un claro indicador de la crisis humanitaria prolongada.

El sistema sanitario en la Franja de Gaza ha sido devastado por el conflicto, una situación que el alto el fuego no ha logrado revertir. Según Naciones Unidas, solo 36 de los hospitales de Gaza están parcialmente operativos, lo que significa que la capacidad para tratar a los heridos y enfermos es extremadamente limitada. Esta precariedad se agrava por el continuo goteo de víctimas y la falta de suministros médicos esenciales, pese a la entrada de ayuda humanitaria. Además de la destrucción física de las instalaciones, la escasez de personal médico y la falta de seguridad hacen que el acceso a la atención sanitaria sea un riesgo para la población. La situación actual no solo es una crisis de salud aguda, sino una emergencia humanitaria que atenta contra el derecho básico a la vida de los habitantes de Gaza.
Demoliciones y Grupos Armados: El Control de Gaza
El acuerdo de alto el fuego contemplaba una retirada gradual del ejército israelí de Gaza, dejando inicialmente bajo su control un 53% del territorio (la Línea Amarilla). Sin embargo, una investigación de BBC Verify sugiere que el territorio controlado por las FDI es mayor de lo pactado, y dentro de esa zona, Israel ha llevado a cabo la destrucción intencionada de barrios enteros. Se estima que al menos 1.500 edificios fueron derribados en el primer mes tras el alto el fuego. Israel alega que estas demoliciones buscan desmantelar la «infraestructura del terror» de Hamás, pero expertos en derecho internacional sugieren que podrían violar las leyes de la guerra al destruir propiedad civil. Paralelamente, una proliferación de grupos armados rivales de Hamás, algunos con presunto respaldo de Israel, opera en la Franja, disputando el control de Gaza y generando tensiones internas.







