CIUDAD DE MÉXICO.— La contundente, oportuna y decisiva respuesta de política monetaria que han tenido los bancos centrales en la lucha contra la elevada inflación ha hecho que el camino se dirija hacia un aterrizaje suave, afirmó Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés).
En una conferencia ofrecida en el Centro de Estudios Financieros de la Universidad Goethe de Frankfurt, Alemania, agregó que la menor inflación, combinada con una actividad y mercados laborales sorprendentemente resistentes, sugiere que se está en el camino correcto para llevar a la inflación a los objetivos.
“A la luz de las enormes tensiones impuestas a la economía mundial en los últimos años, un aterrizaje suave sería un resultado impresionante. Seguramente reforzaría la confianza en la formulación de políticas macroeconómicas”, resaltó.
Carstens apuntó que las noticias son buenas en el ámbito inflacionario, pues hace un año promediaba el 7.0% en las economías avanzadas y actualmente es de 3.0%, mientras que en la mayoría de los mercados emergentes promedia 4.0%.
Pide no bajar la guardia
El gerente general del BIS argumentó que un aterrizaje suave no está garantizado, ya que el trabajo de los bancos centrales no ha terminado. Esto, porque si bien la inflación es más baja, aún está por encima de los objetivos de los organismos monetarios.
De hecho, advirtió que habrá más obstáculos en el camino. Así, los riesgos a mediano plazo para la inflación (la desglobalización, la fragmentación económica, las tendencias demográficas adversas y la necesidad de lucha contra el cambio climático) refuerzan la necesidad de que los bancos centrales mantengan el rumbo, dijo.
“Solo así se podrá preservar la confianza del público en el dinero”, manifestó el ex funcionario mexicano.
Carstens remarcó que es posible que la postura más restrictiva de los organismos monetarios deba mantenerse durante mucho tiempo, ya que solo mediante la determinación, la perseverancia y el éxito se puede resguardar la certeza en el dinero.
Señaló que la certidumbre hacia un banco central hace que el objetivo de inflación sea un punto de referencia clave para las decisiones sobre precios y salarios.
Expuso que para establecer, mejorar y preservar la estabilidad macrofinanciera, es esencial que la población confíe en las dimensiones clave de la macropolítica monetaria, financiera y fiscal, tanto cada una como en grupo, lo que requiere coherencia entre ellas.— El Financiero
“Por eso fue tan preocupante el brote de inflación que siguió a la pandemia de Covid y al inicio de la guerra de Ucrania. La confianza que los bancos centrales habían ganado durante muchos años podría haberse perdido si la sociedad hubiera empezado a dudar de su compromiso con la estabilidad de precios”.
Por otro lado, Carstens instó a que en diversas economías, la consolidación fiscal debe comenzar de inmediato, pues no basta con salir del paso, ya que “en muchos países, las políticas actuales implican un aumento constante de la deuda pública en las próximas décadas”.
Observó que la salud fiscal no solo consiste en evitar las crisis, sino que aporta beneficios materiales. “Una mayor confianza en las finanzas públicas también aumenta el espacio fiscal. Esto permite a las autoridades mantener la confianza incluso ante acontecimientos adversos que requieren respuestas políticas expansivas”.
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