El movimiento cholo no es algo nuevo ni desconocido para los mexicanos que viven en la ciudad de Los Ángeles, Estados Unidos. O al menos no desde la década de los años 40, que fue cuando comenzó este movimiento donde personas de nuestro país buscaban una identidad y un sentido de pertenencia en el país vecino.
Al no verse identificados con el estilo de vida de Estados Unidos y al encararse a la marginación, muchos migrantes encontraron en el movimiento cholo una manera de hacerle frente a la violencia y la discriminación, pero también, una forma de identificarse y formar una comunidad a través de diversos símbolos.
Prayers y el nacimiento del ‘Cholo Goth’, un movimiento en busca de identidad
Ropa holgada, tatuajes, paliacates y lentes comenzaron a ser un distintivo de la comunidad chola, que además encontraron en su vestimenta una manera de honrar y recordar sus raíces. Un sentimiento que experimentó el mexicano Rafael Reyes al migrar hacia Estados Unidos con apenas 4 años.
Reyes, o Leafar Seyer como es conocido, es uno de los fundadores de Prayers, un proyecto musical mexicano-estadounidense en el que junto a su compañero, Dave Parley, se convirtió en uno de los pioneros del movimiento denominado como ‘Cholo Goth’.
El nombre del concepto no tiene mucha cienc ia detrás: es la mezcla de su gusto por bandas góticas y de música electrónica como los Pet Shop Boys, Christian Death, Bauhaus, Joy Division y Depeche Mode, con letras llenas de melancolía donde Leafar y Dave hablaban de sus experiencias de vida en los Estados Unidos.
En el caso de Leafar, sus letras son un desahogo a la vida que ha tenido siendo un migrante y miembro de la comunidad chola: desde los 4 años migró del municipio de Cotija, en el estado de Michoacán, hacia la ciudad de San Diego, en California, donde sus padres buscaron una mejor calidad de vida.
Mudarse a los Estados Unidos no fue fácil. El músico se enfrentó a dificultades como no hablar inglés y se envolvió a un ambiente donde pertenecer a las pandillas no sólo era algo común, sino un paso indispensable para sobrevivir en las calles. En su caso, Rafael Reyes se unió a la Sherman 27, una de las pandillas más antiguas de San Diego.
Reyes comenzó a trabajar desde que era un adolescente de 14 años y lo hizo en un restaurante donde lavaba platos. Un par de años después su habilidad para la cocina lo llevó a ser un chef reconocido en el país vecino, tener su propio restaurante y cumplir el sueño de comprarle una casa a su mamá.
Leafar seyer y cómo se convirtió en uno de los músicos más destacados en Estados Unidos
Aunque Rafael consiguió ser conocido en el mundo restaurantero, también tenía un gusto por la música. Aprendió a tocar instrumentos como el sintetizador gracias a videos en YouTube, pero el mexicano era realista y sabía que vivir de la música era bastante difícil.
Al final, la vida misma llevó a Leafar al camino de la música. Eso sí, tuvo que pasar por momentos bastante tristes y complejos. Uno de ellos –y el cual cambió su vida por completo– fue la muerte de su padre, a quien Rafael cuidaba debido a su edad y que falleció un día que el adolescente lo dejó sólo.
El padre de Leafar murió por bronco-aspiración después de tener una pelea fuerte con su hijo. Eso afectó mucho al músico que entró en una fuerte depresión y un espiral de autodestrucción dónde acabó en la cárcel. Irónicamente, fue en ese lugar donde Leafar pudo encontrar paz.
En una entrevista con El Universal, Reyes contó que su papá se le apareció en un sueño. Ahí él no sólo le dijo que lo perdonaba, sino que también le aconsejó ser libre y dejar la industria de los restaurantes y dedicarse a su verdadera pasión: la música.
Las vivencias y sentimientos de un migrante que dieron vida a Prayers y su ‘Cholo goth’
“Me dijo que me quería, que lo que había pasado no tenía nada que ver conmigo, que me perdonaba y que quería que yo lo perdonara, que estaba orgulloso de mí y que quería que dejara de vivir para otra gente”, contó el músico en esa charla de 2022.
El sueño fue un cambio de chip para Rafael Reyes, quien desde ese suceso comenzó a dar vida a su alter-ego, Leafar Seyer (que si por si no se han dado cuenta, es su nombre escrito al revés). En el 2013 el músico usó todos los ahorros de su restaurante para crear el proyecto de Prayers, donde él y Dave Parley mezclaron sus creencias (como la magia), costumbres, influencias musicales y hasta sus idiomas.
“No fue una idea, no fue algo así como ‘voy a pensar en estos dos mundos y los voy a fusionar’, la mera neta es lo que he vivido, lo que canto es lo que he vivido”, contó Leafar al portal La Noticia sobre el ‘cholo goth’, que sin querer también es un proyecto donde el goth y el cholo conviven.
Luego de formar Prayers junto a Parley, quien conoció a Leafar en un show que éste dio con uno de sus proyectos llamado Vampire, ambos comenzaron a grabar juntos y en sólo tres días ya tenían un primer EP titulado ‘SD KILLWave’, el cual lanzaron de manera independiente.
Prayers: Del barrio y las pandillas a escenarios como el de Coachella
El dúo musical comenzó a llamar la atención de propios y extraños. Por ejemplo, en 2013 la banda lanzó su video musical para la rola “Dog to God”, el cual llamó la atención de Ian Astbury, vocalista de la banda británica, The Cult, quien quiso que Prayers abriera varios de sus shows en Estados Unidos.
Más allá de su peculiar mezcla de sonidos y culturas, Prayers se hizo conocido por siempre hablar de la vida en el barrio a través de sus canciones. No sólo eso, sino que también retrataba la misma al mostrar a miembros de la pandilla en algunos de sus videos musicales.
Tal fue el caso de “Young Gods”, sencillo perteneciente a su tercer álbum de estudio, que contó con la producción de Travis Barker (sí, el baterista de Blink-182) y donde vemos a varios miembros de la Sherman 27 peleando, sin golpes, en las calles de San Diego.
Con su ‘Cholo Goth’, un concepto que Leafar Seyer usó para describir su música, Prayers conquistó varios logros dentro de la industria. Uno de los más destacados, claramente, fue su participación en el festival de Coachella de 2016. Aunque el más grande es ayudar a otros a través de su música.
Un proyecto que se ha transformado y que veremos este 2024 en el Vive Latino
“Es música revolucionaria en muchos niveles. Estamos empoderando a las personas a través de la música y nos empoderamos a nosotros mismos durante todo el proceso. Rompemos estereotipos y barreras con la música que hacemos. Solo estamos tratando de empoderar a otros y retribuir”, dijo el líder de Prayers en una entrevista con Billboard ese año.
Aunque apenas en 2022 Prayers se presentó en México por primera vez (ya que Leafar tenía problemas con migración, que al final los resolvió con ayuda de su esposa, la tatuadora Kat Von D), el proyecto lo hizo sólo con Reyes al frente, pues en marzo de ese año, Dave Parley anunció su salida de Prayers.
“Mi libertad, mi dignidad y mi pasión es lo más importante y no tiene precio”, escribió el músico al asegurar que la verdad saldría a la luz. Un suceso del que Rafael no da muchos detalles, más que afirmar que Dave es su amigo y espera arreglar lo ocurrido y charlar con él al respecto.
A pesar de los cambios y la evolución que ha tenido el dúo musical a través de los años, una cosa es cierta: Prayers se convirtió en una de las agrupaciones más trascendentes para la comunidad mexicana en Estados Unidos, quienes no sólo los siguen por lo músical.
Más allá de familiarizarse con ritmos como el darkwave, el punk y los sintetizadores, el éxito de Prayers también radica en recordarle a los migrantes en el país vecino algunas de las costumbres de nuestro país, pero a la vez ilustrar lo duro que es seguir el ‘sueño americano. Algo no imposible, pero bastante complicado.
Sin duda, Prayers es todo un concepto musical más allá del sonido y la buena noticia es que podremos verlos el próximo 16 de marzo en la carpa Intolerante, del Vive Latino 2024. ¡Una presentación imperdible!
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