Se han convertido en normalizadores de la anormalidad.
Florestán.
El 8 de agosto de 2018, tras su triunfo electoral del 1 de julio, la presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Janine Otálora, entregó a López Obrador la constancia de presidente electo por haber obtenido el mayor número de votos en las elecciones federales de dos meses antes.
Y allí declaró su compromiso central de gobierno:
Ofrezco a ustedes, señoras y señores magistrados, así como al resto del Poder Judicial, a los legisladores y a todos los integrantes de las entidades autónomas del Estado, que no habré de entrometerme de manera alguna en las resoluciones que únicamente a ustedes competen. Ninguna autoridad encargada de impartir justicia será objeto de presiones ni de peticiones ilegítimas cuando esté trabajando en el análisis, elaboración o ejecución de sus dictámenes y habrá absoluto respeto por sus veredictos. Pero duró, mientras Arturo Zaldívar se mantuvo en la presidencia de la Suprema Corte, gestión que ambos trataron de ampliar dos años, violando la Constitución, lo que al final no prosperó.
En su gestión, siempre se supo de los encuentros entre ambos en su palacio, para el tratamiento a ciertos asuntos de interés presidencial.
Y este miércoles, López Obrador lo confirmó, sin ningún pudor: Cuando el ministro Zaldívar estaba de presidente de la Corte había más recato. Cuando había un asunto así de ese tipo, nosotros respetuosamente interveníamos y él, ayudaba y hablaba con el juez y le decía “Cuidado con este este asunto”. Entonces, él ayudaba.
Es decir, incumplió el compromiso de agosto de 2018 de no intervenir en las resoluciones del Poder Judicial y lo dijo sin rubor.
Así la transformación de aquel López Obrador a este, así el incumplimiento de la palabra empeñada, así la servidumbre de Zaldívar aunque ahora lo quiera negar lo que solo deja la opción de que uno de los dos mintió: él o el presidente.
¿A quién le cree usted?
- DESLINDE.- Tengo que reconocer la decisión que tomaron Jesús Ramírez pero sobre todo Rafael Barajas, El Fisgón, que antepusieron su oficio a la tentación del breve poder político. Pero qué necesidad;
- LISTA.- Dos de los cuatro precandidatos de López Obrador aparecieron en la lista de los pluris de Morena al Senado. En forma destacado. Adán Augusto López Hernández en el número uno, lo que lo apunta para coordinador en Reforma y Marcelo Ebrard, en el siete. López Obrador también incluyó a Fernández Noroña y a Ricardo Monreal para San Lázaro. Falta Manuel Velasco; y
- CUAUH.- Sorpresivamente el presidente incluyó a Cuauhtémoc Blanco como diputado cuando termina su gestión el uno de octubre. Es decir, tiene que pedir licencia el próximo viernes y dejar un estado sumido en la violencia y con su salida, confirmar que la oposición, Lucy Meza, lo ganará el 2 de junio.
Nos vemos el martes, pero en privado.
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