Aunque no lo crean, existen crossovers de nombres grandes de la industria musical que ni siquiera tienen qué ver como tal con componer música. Y eso nos queda claro al recordar Anna and the Moods, uno de los proyectos más essstraños y raros que, por más increíble que parezca, tuvo como protagonistas a Björk y Damon Albarn.
Por años, el líder y frontman de Blur, Gorillaz y más, ha dicho que quiere trabajar en el estudio con la artista islandesa. Sin embargo, por alguna u otra razón aún no se ha dado esa colaboración que de plano, los fans de ambos llevan esperando por tanto tiempo. Y a pesar de que no han hecho una rola o disco juntos, sí estuvieron involucrados en algo que por unos cuantos minutos los unió.
La historia de ‘Anna and the Moods’, un corto bastante peculiar
En 2006, durante el Festival Internacional de Cine de Reykjavík, la empresa islandesa de animación y diseño digital CAOZ estrenó Anna and the Moods, un cortometraje animado de 27 minutos dirigido por Gunnar Karlsson y escritor por Sjón, poeta y novelista que ha trabajado en proyectos como The Northman de Robert Eggers, y frecuente colaborador de Björk en varias canciones y proyectos, como la música de Dancer in the Dark (acá les contamos la historia detrás de “I’ve Seen It All”, una de las rolas donde trabajaron juntos).
Esta producción es muy interesante, pues decidieron incluir música escrita por el compositor británico Julian Nott (quien ha participado en el score para películas de Wallace & Gromit) y Peppa Pig) e interpretada por el Cuarteto Brodsky, que han tocado con artistas del tamaño de Paul McCartney, Sting y Elvis Costello. Así que como verán, echaron la casa por la ventana con este corto.
¿Y de qué trata el cortometraje? Bueno, pues Anna and the Moods se centra en Anna, una niña gótico que siempre ha sido perfecta. Sin embargo, un día su actitud y look cambian drásticamente, dejando a sus papás muy preocupados. Incapaces de descubrir qué le ha pasado a su hija, sus padres deciden llevarla a una clínica para niños rebeldes que dirige el Dr. Artmann.
En la clínica, la protagonista se ve expuesta a un montón de obstáculos dentro de un difícil laberinto. La única forma de salir de ese lugar es completar las tareas que le piden de manera correcta. Pero Anna decide hacer algunas travesuras para escapar. Esto lleva al Dr. Artmann a concluir algo que no le va a gustar a los padres de la niña: su hija está pasando por la complicada adolescencia.
Damon Albarn y Björk “trabajaron juntos” en este cortometraje
En pocas palabras: todo lo que vemos en Anna and the Moods es una analogía de lo que pasamos la gran mayoría cuando andamos en la pubertad. De eso va este proyecto, el cual sorprendió a muchos no por su animación (que para ser honestos, se ve medio gacha y creepy); no, dejó a propios y extraños con la boca abierta porque este pequeño proyecto contó con la participación de ni más ni menos que Damon Albarn y Björk.
En el corto, ambos prestan sus voces para dos de los personajes principales: la artista islandesa hizo el doblaje de Anna, mientras que el músico británico interpreta al papá de la niña… así como lo leen, esta pequeña producción independiente logró reunir a estos dos monstruos de la industria musical. Eso sin contar que el narrador de la historia es el mismísimo Terry Jones (conocido por ser integrante del grupo cómico, Monty Python) y el mismo Sjón tomó el papel del Dr. Artmann.
Aunque visualmente, Anna and the Moods no es la octava maravilla –comparado con la impresionante animación que hacían otros estudios en aquella época–, por más extraño que parezca se ganó un reconocimiento. En 2007, se llevó el premio Edda a Mejor Cortometraje, el cual otorga la Academia de Cine y Televisión de Islandia.
Con el paso del tiempo, este corto se convirtió en una verdadera rareza de culto que no es tan fácil de encontrar completo –ni siquiera en el internet de las cosas–, en particular porque logró hacer el sueño realidad de muchos: reunir en casi media hora a Björk y Damon Albarn para un proyecto que no tienen nada qué ver con la música.
Desde entonces y como ya lo comentábamos antes, no se ha armado la colaboración soñada entre ambos (sobre todo porque Damon ha dicho en entrevistas que ella lo ha dejado “en visto”), a pesar de que el músico británico dejó claro que ha pasado el rato con la islandesa cada que visita su país y que seguirá insistiéndole hasta que se haga realidad. De cualquier manera nos queda Anna and the Moods, donde estos artistazos comparten créditos, al menos como actores de doblaje.
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