Si hay algo en lo que todos podemos estar de acuerdo, es que México es extraordinario. Un país en el que coexisten ecosistemas, cuatro salidas al océano y una cultura única capaz de trascender el tiempo. A propósito de nuestra infinita riqueza se creó una guía turística llamada AmoMéxico, un país en 100 experiencias
Se trata de una propuesta por demás novedosa. Por un lado es una guía, escrita y vivida por Alonso Vera, que recopila 100 experiencias a lo largo de nuestro territorios, perfectamente curadas y poco conocidas. Por otro, es una plataforma de viajes que nos invita a conocer de una forma fácil, un México inadvertido, pero totalmente asombroso.
En otras palabras, AmoMéxico es el viaje todos debemos hacer una vez en la vida para conocer nuestro país desde su cara más auténtica; esa que tiene que ver la sabiduría de nuestros pueblos, con la tradición culinaria y con los cientos y cientos de paisajes que se pueden recorrer en las distintas regiones que conforman nuestro país.
Todos los Méxicos que son México
Esta guía de viajes nos ofrece una amalgama de vivencias únicas con gran valor local. Su misión no es otra que adentrarnos en las ciudades, en los pueblos, en los bosques y en las tradiciones que nos rodean. Es mostrarnos un país más allá de lo que conocemos.
En ese sentido, AmoMéxico es esa mezcla poética entre el presente y el pasado. Un país que ofrece un millón de historias y un millón de cielos limpios para ver. Un país para contemplar ballenas en el norte, comer tacos en el centro, ir a las plazas del Bajío y aprender a tejer hamacas en el sur.
Por eso, cada experiencia de estas 100 que junta el libro, son una vivencia que nos debemos a nosotros mismos, un pedazo de conocimiento que nuestra vida requiere. La oferta es tan grande y tan hermosa como los 32 estados que conforman la república.
El poder de las experiencias locales
Además de regalarnos 100 experiencias, AmoMéxico es también una forma nueva de viajar. Lejos de los destinos contaminados por el sobreturismo, del bullicio de los lugares de siempre; esta guía nos conecta con
momentos específicos, tradiciones milenarias que se esconden en los pueblos chicos y grandes y vivencias pensadas y hechas para los locales.
Las travesías sustentables de esta guía, abren la posibilidad no sólo de aportar calidad de vida a las poblaciones alejadas, sino a la historia misma. Y es que aunque a veces no lo veamos, México que se expande más allá de las playas del caribe y la cultura de la ciudad y ofrece, entre sus paisajes de diferentes colores, ritos e historias que necesitan transmitirse para no morir.
Por eso AmoMéxico es también la invitación a olvidar el avión, llenar el tanque y usar nuestras carreteras. Con la playlist perfecta y los amigos que se quieran. Para darles algunas ideas sobre cómo empezar a planear esta travesía, hemos buscado tres experiencias que son perfectas para sus siguientes vacaciones.
1.Ponerle sal a la vida en el EDOMEX
Este es un viaje pequeño, pero necesario para los que vivimos en la capital. Se trata de un tour por la el Corredor Turístico Ixtapan-Tonatico.
En esta travesía se podrá: desde meterse a las famosas aguas termales para relajar la piel y el alma, hasta visitar algunos templos antiguos y realizar una caminata por el pueblo mágico de Ixtapan de la sal.
2. Navegar el cañón del sumidero en Chiapas
Imagínense un barco pequeño que recorre el paisaje escarpado que rodea el Río Grijalva. Vean el cielo azul, las cavernas, el agua clara y el tiempo tatuado en las rocas.
Ahí entre la inmensidad de sus muros – más cerca de Guatemala que de Guerrero– está la esencial misma de existencia, cuando nos damos cuenta que a comparación de millones de rocas formadas de los sedimentos de un mar que existió hace 140 millones de años, somos realmente pequeños, casi minúsculos.
3. La zona del silencio en Torreón
En el Bolsón de Mapimí, entre Coahuila, Durango y Chihuahua, hay una Reserva de la Biosfera que es e lugar ideal para iniciar una colección de meteoritos.
Aquí el cielo se ve en capas, las galaxias, las estrellas y cualquier evento del cosmos con la mínima contaminación lumínica. El firmamento se ve tan claro que este sitio ha sido el protagonista de toda clase de leyendas extraterrestres y es que al llegar a este oasis se comprueba lo que alguna vez dijera Carl Sagan; “Si estamos solos que desperdicio de espacio”.