Mucho antes de la invención del telescopio, los humanos vieron una raya de luz que cruzaba el cielo y quedaron maravillados. Cada quien le puso un nombre, pero ahora la conocemos como Vía Láctea y aunque no lo creas se puede ver cerca de la CDMX.
Amamos ver la Vía Láctea
Diferentes civilizaciones, en diferentes lugares, inventaron toda clase de teorías y leyendas al respecto. En algunos pueblos había la creencia que estos brillos del cielo eran una especie de camino de los dioses. En tanto, los griegos suponían que era la lecha de la Diosa Hera y los mayas que se trataba de un serpiente blanca.
Se necesitaron miles de años de desarrollo científico para llegar a la conclusión correcta. Este fenómeno destellante se trataba de miles de millones de estrellas que se encuentran muy lejos para verlas por separadas. En 1755 Immanuel Kant sugirió que se trataba de cúmulos distantes que formaban un especie de estructura cósmica.
Poco a poco, aparecieron más y más certezas. La Vía Láctea resultó ser una galaxia en forma de espiral relativamente antigua porque sus estrellas tenían al menos 13 mil millones de años. También se llegó a la conclusión que era ya que medía aproximadamente, 200 mil años luz.
Después aparecieron los datos claves: como que en ella había 200 mil millones de luminarias diferentes, un billón de estrellas y toneladas y toneladas de polvo y gas cósmico deambulando por todos lados. Asimismo, se supo que al centro contaba con un agujero negro súper masivo, rodeado de un disco gigante que hemos nombrado Sagitario.
¿Cómo ver la Vía Láctea
Aunque todavía faltan cientos de miles de datos por descubrir, lo que sí es una seguridad es que una de sus tantas estrellas se llama Sol, y que el Sol se ubica en el Brazo de Orión y está en el centro de nuestro sistema. Gracias a él, se generó vida en este planeta azul que conocemos como Tierra.
La Tierra alberga toda la vida que conocemos, y además de ser nuestra única casa, nos ofrece paisajes nocturnos que nosotros los humanos consideramos hermosos, no obstante nunca vemos. De acuerdo a un estudio reciente, solo el 20% de la población ha contemplado alguna vez su galaxia, el otro 80% solo ha escuchado hablar de ella, lo que sin duda es triste.
Afortunadamente, vivimos en un país grande que está lleno de santuarios para admirar el cielo nocturno. Sitios sin contaminación lumínica en los que la Vía Láctea aparece a simple vista. Parques, bosques y desiertos donde podemos acampar debajo millones de estrellas, para sentirnos pequeños y grandes a la vez.
Con esto en mente, hemos buscado cinco lugares asombrosos que quedan lo suficientemente cerca de la CDMX para escaparnos un fin de semana, mirar al cielo y regresar a esta ciudad en las que las luces humanas han acabado con las luces del cielo.
1.Malinalco
Estado de México
A solo dos horas desde la Ciudad de México, este pueblo mágico, que también es una zona arqueológica, es perfecto para alejarnos del bullicio de la ciudad y ver las estrellas en la noche.
Recomendamos en particular, Mali kualli un complejo ectoturístico en el que se puede acampar y hasta realizar un picnic nocturno en silencio, con nada más que la Vía Láctea encima y algunos de los telescopios con los que cuenta el recinto para los entusiastas de la bóveda nocturna.
2.Xochicalco
Morelos
He aquí un sitio arqueológico diseñado, por antiguos pobladores prehispánicos, con el único fin de observar el cielo. De hecho, los xochicalcas confeccionaron su arquitectura de acuerdo a la ubicación de los astros que aparecían en sus noches.
Aquí, además hacer tirolesa o andar en bicicleta, se puede acampar en el Parque Ecoturistico Xochicalco que queda a tan solo 30 kilómetros de la ciudad de Cuernavaca.
3.El Chico
Hidalgo
Muy cerca de la Ciudad de México, hay un interminable bosque que nos ofrece algunos de los cielos más limpios que veremos en nuestra vida. Es el sitio perfecto para abandonar el pavimento y para conectar con la naturaleza; ver las copas de los árboles y escuchar los pájaros.
Por las noches, este Parque Nacional es el escenario perfecto para vislumbrar la Vía Láctea. Además cuenta con una multitud de alojamientos, desde campamentos para dormir al aire libre, hasta hotelitos boutique que cuentan con terrazas para ver las estrellas.
Parque Nacional del Pico de Orizaba
Puebla
Entre la frontera de Puebla y Veracruz, existe uno de esos sitios que hay que ver al menos una vez en la vida. Se trata de un parque inmenso desde el que podemos no sólo preparar a una expedición al pico más alto, sino disfrutar de la flora y fauna endémica.
Por si lo anterior fuera poco, en este parque se ubica el Instituto Nacional de Astrofísica, un observatorio enorme lleno de expertos en el cielo, que es la casa del telescopio más grandes que hay en México. Un aparato tan impresionante, que incluso nos permite ver los cúmulos de arena lunar.
5.Parque Nacional Iza-Popo
Estado de México
He aquí uno de los sitios más emblemáticos del país. Un parque kilométrico, que está ubicado a las faldas de la Sierra Nevada y tiene algunos de los cielos más prístinos que podríamos imaginar. Cuenta la leyenda que su aire limpio llamó la atención John Lennon, que en una visita anónima a nuestro país quiso hacer una parada exactamente aquí.
Además de albergar las dos montañas más conocidas del país, aquí hay varios campamentos repartidos en el Paso de Cortés. Paradas perfectas para admirar las capas del universo; desde a Osa Mayor hasta las nebulosas de la Vía Láctea.
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Dicho todo lo anterior, solo nos resta preguntar ¿Y ustedes han visto la Vía Láctea