Novak Djokovic tiene la particularidad de haber nacido en el año de 1987, la igual que otras figuras del deporte como Lionel Messi, Gerard Piqué, Luis Suárez, María Sharapova y Nico Hulkenberg, entre otros, sin embargo cada uno tuvo una infancia completamente diferente y tal vez la del tenista serbio sea la más complicada, y es que desarrolló su carrera como tenista durante las guerras yugoslavas, que impactaron de lleno su infancia.
La historia de su infancia está de alguna manera ligada con la de los croatas Luka Modric e Iván Rakitic, quienes formaron parte del grupo de víctimas de aquellas guerras que se dieron entre 1991 y 2001. Los bandos de aquellas guerras estuvieron conformados por serbios, que peleaban contra croatas, bosnios y albaneses. El conflicto se dio por diferentes causas y factores, entre ellos el político, económico y religioso.
De todos estos conflictos, las principales víctimas fueron las personas mayores, como el abuelito de Modric, y los niños, que como Novak Djokovic, sufrieron hambre y miedo en los refugios, donde se escondían de las tropas enemigas y/o de los ataques con bombas.
El refugio de Djokovic y su abuelito
Djokovic ha recordado en algunas ocasiones parte de su infancia con su abuelo paterno, Vladimir, con quien se refugiaba en el sótano de su casa durante las noches. Esa fue la dinámica por más de dos meses, junto con varios niños.
“Vengo de la Serbia de los años 90, y ahí viví dos guerras y una ocupación durante seis años”, indicó. “Todos teníamos miedo, porque toda la ciudad (del Belgrado) estaba siendo atacada… Nos despertábamos cada noche, durante dos meses y medio, a las dos o tres de la mañana debido a las bombas”
Junto con su abuelito, Novak salía del refugio a las 5:00 de la mañana para acompañarlo a recibir pan y leche, como muchas otras familias. “Eran cientos de personas”, recuerda. “Poníamos el pan en la mesa para una familia de cinco o seis miembros para comer cada día. Sé lo que se siente. Estoy agradecido por todo lo que tengo y con todo con lo que he sido bendecido, y todo lo que Dios me ha dado lo aprecio y lo respeto mucho”, compartió en una entrevista en la que habló sobre su fundación. “No hago la fundación por fama”.
Su abuelito paterno falleció en abril de 2012, año para el cual Novak tenía cinco Grand Slams en su carrera. Djokovic se enteró del fallecimiento de Vladimir mientras disputaba el torneo de Montecarlo, mientras entrenaba previo a su partido contra el ucraniano Alexandr Dolgopolov, en Cuartos de Final y lloró después de aquel juego.
Corazón dividido durante la guerra por su familia materna
Si bien su infancia estuvo más apegada hacia su abuelito, Vladirmi, Djokovic tiene sangre croata. Zdenko Zagar, su abuelito materno, nació en el territorio que hoy forma parte de Croacia, que ha sostenido múltiples enfrentamientos bélicos con Serbia, a donde se mudó (específicamente se instaló en Belgrado) y ahí tuvo a Diana, la madre de Novak.
“Siempre me he sentido yugoslavo o croata, nunca he sido serbio. Diana nació en Belgrado y creció allí, y el padre de Nole también nació allí. Creo que también tiene sangre montenegrina. Entiendo que se muestre más favorable con los serbios y no se lo echo en cara”, mencionó.
Stefan Djokovic, una infancia diferente a la de su papá
Podrá generarte simpatía o todo lo contrario, pero Novak Djokovic es uno de los más grandes jugadores en la historia del tenis, y de vez en cuando deja ver el otro lado de su personalidad, fuera del tenis, gracias a Stefan, su hijo, a quien guía por el camino del deporte blanco y por quien se emocionó en la ceremonia de premiación tras perder la final contra Carlos Alcaraz en Wimbledon 2023.
A los siete años de edad, Stefan veía a su padre desde las tribunas, sin el temor de buscar un refugio para escapar de los ataques con bombas, como sí lo hizo su padre, prácticamente a la misma edad.
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