“¿Quiénes?”, eso fue lo primero que me dijeron a quienes invité a acompañarme. Asunto generacional, seguramente. Porque, a pesar de que su presentación no hizo tanto ruido (bueno, es que también, estamos en plena temporada de tremendos conciertos) los Rubytates lograron llenar el Auditorio BB (así se llama… y nombre el que tenía antes no era mejor).
Afuera, lluvia constante y un puestito vendiendo “la del evento”. Adentro, caricias homoeróticas al estilo Omar Mendoza entre un grupo de amigos ya algo entrado en copa; “Andromeda” de Gorillaz, para que la gente echara los primeros pasitos de la noche; relatos de hazañas tipo “me chingué a Ticketmaster” y muchos chats en el celular. Eso pasaba en la antesala de la presentación de los oriundos de Toluca, Edomex. Eso, entre gritos de “¡vamos, Pepe!”, “¡Pepe, Pepe, Pepeeeee!”
“El concierto más importante que hemos dado”
“¿Y quién chingados es Pepe? Supongo el de la banda”, me pregunté y me contesté. Y pues sí, me dio la razón el público que entre coreó desde la primera canción todo lo que Pepe hacía en el escenario, acompañado del resto de los Rubytates (bajo, guitarra, sintetizadores, batería). Pepe, nomás el micrófono para echarse versos como “Sí, volví a soñar, que fuera de este mundo pude respirar”.
“Este es el concierto más importante que hemos dado”, dijo Pepe en una de sus muchas, pero cortas intervenciones. Y así debió ser: todo muy bien planchadito. Ellos, uniformados de negro, con unas proyecciones bien “aesthetics” detrás, con las que decoraron cada una de sus canciones; varios invitados y hasta trío de cuerdas para ensalzar algunas canciones del setlist con el que repasaron más de 10 años de carrera.
Rubytates, una banda que le da desde hace más de una década
Todo muy bien planchado, sobre todo, ese dream pop que parece ser la marca de la casa. Cosa suave, a veces bailable, pero sobre todo muuuuy melosa. Tanto como para voltear y, en casi cada canción, ver a una parejita dándose sus besotes al ritmo de la música. Tanto que hasta Pepe se echó un “ésta se la dedico a mi bebé”.
“Así el amor, en el flujo espontáneo de las venas encendidas por el hambre de no morir”, dice el poeta chileno Gonzalo Rojas. “No lo tomes a mal, no me quiero alejar, pero verte feliz me da tranquilidad Oh-oh-oh… porque dejarte ir también es amar”, lo dicen a su manera los Rubytes en “Dejarte ir”, una de las canciones que más emocionó al público en la noche que, para bien o para mal, se fue rápido. Algo así como hora y media de concierto y luego todos afuera, todos contentos.
Ah, y Rubytates es una banda que suena desde hace varios años. Tiene varios discos (Salida, Renacemos, Dejarte ir, Záfiro, algunos de ellos) y le ha abierto a bandas como The 1975. Nada mal para una banda independiente.
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