
Trump lanzó una advertencia directa al presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, al afirmar que no obtendrá ningún beneficio político ni respaldo concreto de Estados Unidos sin su aprobación previa. La declaración se dio en la antesala de una reunión programada en Florida, donde ambos líderes discutirán un nuevo plan de paz para poner fin al conflicto en Ucrania. Las palabras del mandatario estadounidense marcan un tono firme y condicionante en la relación bilateral.
Durante una entrevista con el medio Politico, Trump fue claro al señalar que cualquier propuesta presentada por Kiev dependerá exclusivamente de su visto bueno. El presidente estadounidense se refirió específicamente a un plan de 20 puntos elaborado por el Gobierno ucraniano, el cual Zelenski planea presentar como base para futuras negociaciones. Según el propio mandatario, no existe prisa por aceptar o respaldar dicha iniciativa.
Trump y su postura frente al plan de paz
De acuerdo con el reporte, Trump se mostró distante y poco entusiasmado con la propuesta ucraniana. El plan incluye la creación de una zona desmilitarizada y la solicitud de garantías de seguridad directas por parte de Estados Unidos. Sin embargo, desde Washington se percibe cautela, ya que el actual inquilino de la Casa Blanca considera que el proyecto aún no responde a todos los intereses estratégicos estadounidenses.
Mientras tanto, desde Moscú se ha señalado que el plan impulsado por Zelenski difiere notablemente del que Rusia discute de manera indirecta con Estados Unidos. Las autoridades rusas consideran que la propuesta de Kiev no aborda los puntos que el Kremlin considera esenciales para una solución real y duradera del conflicto armado que ya lleva varios años.
Trump y el trasfondo de las exigencias rusas
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha reiterado que cualquier acuerdo debe garantizar la seguridad a largo plazo de Rusia. Entre los factores que Moscú considera clave están la expansión de la OTAN hacia el este y la situación de la población rusoparlante en Ucrania. Estas cuestiones son presentadas como las causas profundas del conflicto y no como elementos secundarios.
La propuesta rusa plantea que Ucrania retire completamente sus tropas de Donetsk, Lugansk, Zaporozhie y Jersón, además de reconocer estos territorios, junto con Crimea y Sebastopol, como parte de la Federación Rusa. También exige neutralidad, no alineación militar y procesos de desmilitarización y desnazificación, condiciones que Kiev ha rechazado de manera reiterada.
En este contexto, el papel de Trump se vuelve determinante. Su postura condicionante no solo influye en Zelenski, sino también en el rumbo de las negociaciones internacionales. El valor agregado a este escenario es que, según analistas políticos estadounidenses, la estrategia de Trump busca posicionar a EE.UU. como árbitro central del conflicto, limitando tanto las aspiraciones de Kiev como las presiones de Moscú, con el objetivo de forzar un acuerdo que fortalezca la influencia estadounidense en Europa del Este.



