
21 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La Guardia Costera de Estados Unidos inició este domingo la persecución de un nuevo petrolero sancionado en aguas del Mar Caribe. Esta acción forma parte de una estrategia agresiva impulsada por el gobierno de Donald Trump para frenar el transporte de crudo vinculado al gobierno venezolano. Según fuentes oficiales, las autoridades han redoblado sus esfuerzos para detectar este tipo de embarcaciones, las cuales son consideradas piezas clave en el esquema de exportación de energía del país sudamericano.
La operación actual fue confirmada por un funcionario estadounidense que solicitó el anonimato debido a que la maniobra sigue en curso. Esta persecución ocurre apenas un día después de que Washington lograra la incautación de un segundo buque de transporte de crudo en menos de dos semanas. La Casa Blanca sostiene que estas naves intentan evadir de manera ilegal las restricciones económicas impuestas, utilizando diversas tácticas para ocultar su verdadera identidad mientras navegan por rutas internacionales.
El uso de banderas falsas y la flota fantasma
El funcionario detalló que el navío de carga petrolera perseguido este domingo pertenece a la denominada «flota oscura», un grupo de barcos que operan fuera de la legalidad para movilizar mercancía sancionada. Además, se reveló que la embarcación navega bajo una bandera falsa y cuenta con una orden judicial de incautación. Este método es común entre las flotas que buscan evitar ser rastreadas por los radares de las potencias internacionales, lo que complica las tareas de vigilancia marítima en la región del Caribe.
Un ejemplo reciente de este conflicto fue la captura del barco cisterna llamado «Centuries», el cual navegaba con bandera panameña antes de ser interceptado por las fuerzas federales el sábado pasado. Para el gobierno de Estados Unidos, este tipo de naves funcionan como una «flota fantasma» dedicada al tráfico de recursos que consideran robados. Las autoridades han dejado claro que no detendrán la cacería de estos buques mientras sigan operando al margen de la ley y sirviendo a los intereses de Caracas.
Antecedentes de incautaciones en el Caribe
La presión militar sobre los recursos venezolanos comenzó a escalar significativamente el pasado 10 de diciembre con la captura del transportador de hidrocarburos conocido como «Skipper». En esa ocasión, la Guardia Costera recibió apoyo directo de la Armada para detener un barco que ni siquiera contaba con la bandera de algún país al momento de su detención. Estas acciones demuestran que el Departamento de Defensa está dispuesto a utilizar toda su capacidad operativa para desmantelar la logística de transporte venezolana.
Actualmente, el despliegue de barcos estadounidenses en el Mar Caribe es uno de los más grandes de los últimos años. Cada embarcación petrolera detectada en la zona es sometida a una revisión rigurosa para verificar si cumple con las normativas internacionales. Mientras tanto, la comunidad internacional observa con atención cómo estas persecuciones en alta mar podrían afectar los precios globales del combustible y la estabilidad política en la región, ante un bloqueo que parece volverse más estricto con cada día que pasa.






