
21 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Un nuevo y devastador ataque ruso sacudió la infraestructura portuaria de Odesa, en el sur de Ucrania, dejando un saldo trágico de ocho personas fallecidas y 27 heridas. El servicio de emergencia ucraniano informó este sábado que el impacto afectó gravemente la zona, donde varios civiles quedaron atrapados en un autobús que se encontraba en el centro de la explosión. Las imágenes del lugar muestran camiones incendiados en estacionamientos y múltiples automóviles particulares destruidos, evidenciando la magnitud de la fuerza utilizada en esta ofensiva con misiles balísticos.
Mientras el humo aún se eleva en Odesa, la diplomacia intenta avanzar en un complejo tablero internacional. Este ataque ruso ocurre justo cuando Kirill Dmitriev, enviado del Kremlin, se prepara para reunirse en Miami con Steve Witkoff y Jared Kushner, mediadores designados por la administración de Donald Trump. Estas conversaciones buscan dar forma a un plan de paz que ponga fin a casi cuatro años de hostilidades, aunque las acciones militares en el terreno parecen contradecir los esfuerzos que se realizan en las mesas de negociación en Florida.
Producción de drones y respuesta militar ucraniana
En medio de la crisis, el presidente Volodymir Zelensky anunció en Kiev la firma de un acuerdo estratégico con el primer ministro de Portugal para la producción conjunta de drones marítimos. Zelensky enfatizó que fortalecer las capacidades de defensa es vital para contrarrestar cualquier ataque ruso futuro, señalando que esta cooperación es una de las áreas más prometedoras para la seguridad de Europa. El mandatario ucraniano dejó claro que el éxito de los planes de paz dependerá en gran medida de la postura que adopte Estados Unidos tras consultar con los representantes de Moscú.
Por su parte, Ucrania no se ha quedado de brazos cruzados y ha ejecutado operaciones de largo alcance contra objetivos estratégicos en territorio ruso. Recientemente, drones ucranianos impactaron una plataforma petrolera operada por Lukoil y el barco patrulla «Okhotnik» en el Mar Caspio. Estas acciones son justificadas por Kiev como una medida necesaria para debilitar la economía de guerra del Kremlin, argumentando que cada instalación energética destruida reduce la capacidad de financiar un ataque ruso sistemático contra la población civil y los puertos estratégicos.
Desafíos económicos y el camino hacia la paz
El panorama financiero para Ucrania es alarmante, encontrándose al borde de la bancarrota según estimaciones del Fondo Monetario Internacional. A pesar de que la Unión Europea acordó un paquete de 90 mil millones de euros para los próximos dos años, las necesidades del país siguen siendo inmensas para evitar el colapso económico en la primavera. Esta urgencia de fondos presiona a los negociadores en Miami para encontrar una salida política, mientras el Kremlin mantiene demandas maximalistas y continúa avanzando lentamente en el frente de batalla a pesar de sus propias pérdidas.






