
19 de Diciembre del 2025.- Las fuerzas militares de los Estados Unidos han ejecutado una nueva operación de alto impacto en el Pacífico oriental, confirmando el uso de ataques cinéticos letales contra dos embarcaciones rápidas. Según el informe oficial emitido por el Comando Sur, estas unidades eran presuntamente operadas por organizaciones terroristas vinculadas al tráfico de sustancias ilícitas. La acción militar, autorizada directamente por el secretario de Guerra, Peter Hegseth, resultó en la muerte de cinco personas que se encontraban a bordo, lo que eleva la tensión en las rutas marítimas de la región.
La inteligencia militar estadounidense justificó el uso de estos ataques cinéticos letales basándose en que las embarcaciones transitaban por corredores conocidos para el movimiento de drogas. A pesar de la contundencia del operativo, la entidad oficial no ha proporcionado detalles específicos sobre a qué cárteles pertenecían los fallecidos ni las coordenadas exactas donde ocurrió el impacto. Este hermetismo ha generado dudas en diversos sectores internacionales sobre la transparencia de los procedimientos utilizados para identificar los objetivos antes de abrir fuego.
La expansión de la Operación Lanza del Sur y sus consecuencias
Desde agosto, el despliegue militar frente a las costas de Venezuela ha crecido de manera exponencial bajo la justificación de la lucha contra el narcotráfico. Esta estrategia, denominada Operación Lanza del Sur, busca oficialmente eliminar a grupos criminales del hemisferio occidental para proteger a los ciudadanos estadounidenses del consumo de estupefacientes. Sin embargo, el uso recurrente de ataques cinéticos letales ha dejado un saldo preocupante de más de 90 fallecidos en bombardeos previos, en muchos casos sin que se presenten pruebas públicas que confirmen la existencia de cargamentos de droga.
La escalada de violencia no se ha limitado a botes rápidos, sino que ha incluido el asalto a buques mercantes de gran calado, como el reciente abordaje de un petrolero en aguas venezolanas. El gobierno de Caracas ha denunciado estos actos como «piratería internacional» y un robo descarado de sus recursos naturales. Mientras Washington afirma que estas medidas de ataques cinéticos letales son necesarias para desmantelar cárteles, el presidente Nicolás Maduro sostiene que se trata de una estrategia de «noticias falsas» diseñada exclusivamente para justificar un cambio de régimen y tomar el control del petróleo y el gas.
El rechazo internacional ante la falta de evidencias sólidas
La postura de las instituciones globales respecto a estos operativos es cada vez más crítica, señalando la falta de sustento en las acusaciones contra Venezuela. Informes de la ONU y de la propia DEA contradicen la narrativa de la Casa Blanca, indicando que más del 80 % de la droga hacia EE.UU. fluye por el Pacífico y no por el Caribe venezolano. En este contexto, la aplicación de ataques cinéticos letales es vista por expertos en derecho internacional como ejecuciones sumarias que no respetan el debido proceso ni las normas mínimas de la navegación civil.
Países como Rusia, Brasil, México y Colombia han manifestado su condena enérgica ante lo que consideran una violación a la soberanía de las naciones de la región. El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha expresado su preocupación por la letalidad de estos encuentros marítimos, donde la fuerza militar se impone sobre naves privadas sin una investigación previa. A pesar de esto, el gobierno de Donald Trump ha sugerido que pronto estas agresiones mediante ataques cinéticos letales podrían trasladarse de las aguas internacionales a operativos directamente en tierra firme.






