
19 de Diciembre del 2025.- La Policía Nacional del Perú logró un importante golpe contra la delincuencia al capturar a los integrantes de una organización delictiva que mantenía bajo amenaza al sector artístico. Esta banda criminal, conocida en el mundo del hampa como «El Terror de la Timba», operaba principalmente en la zona del Callao y Lima, enfocando sus ataques en agrupaciones musicales de salsa y dueños de establecimientos nocturnos. Los agentes lograron dar con su paradero gracias a un rastreo tecnológico avanzado, poniendo fin a meses de zozobra en la escena musical peruana.
El operativo fue posible gracias a la Dirección de Investigaciones de Ciberdelincuencia, que rastreó las direcciones IP y el uso de teléfonos celulares desde donde se enviaban las amenazas de muerte. Al identificar la ubicación exacta de los sospechosos, las fuerzas especiales intervinieron una vivienda donde detuvieron a Jean Pierre Ortega Valverde, señalado como el cabecilla de esta organización delictiva. En el lugar también fueron capturadas dos mujeres, entre ellas una menor de edad, quienes presuntamente ayudaban en las operaciones logísticas y financieras del grupo.
El control delictivo sobre las orquestas de salsa
Las investigaciones revelaron que esta agrupación delictiva tenía bajo su control directo a siete bandas musicales, a las cuales obligaba a tocar sin contratos legales de por medio. Los delincuentes forzaban a los músicos a presentarse en locales específicos, cuyos dueños también eran víctimas de extorsión, creando un círculo de explotación donde nadie recibía pagos justos. Según las autoridades, los criminales incluso irrumpían en eventos privados para exigir dinero en efectivo bajo amenazas, afectando la libertad de trabajo de los artistas nacionales.
Además de las extorsiones, el grupo utilizaba métodos sofisticados para ocultar el dinero mal habido, abriendo cuentas bancarias a nombre de menores de edad para recibir las transferencias de sus víctimas. Este esquema permitía a la red criminal mover fondos sin levantar sospechas inmediatas en el sistema financiero tradicional. El general de la policía detalló que la presión sobre las orquestas era constante, ya que no existía ningún vínculo contractual legítimo, convirtiendo las presentaciones en actos de esclavitud moderna bajo la punta de una pistola.
Vínculos con el asesinato de artistas en el Callao
El caso toma un tinte mucho más oscuro al vincularse con la muerte del cantante Johan Mora y la bailarina Ariana Cañola, ocurrida en octubre pasado. La policía sospecha que esta célula criminal fue la responsable de disparar a quemarropa contra los jóvenes artistas minutos antes de una presentación en una fiesta popular. Tras su captura, el líder del grupo intentó culpar al cantante asesinado, asegurando que él le proporcionaba la información sobre los movimientos de las otras orquestas para facilitar los mensajes extorsivos, una versión que la policía aún investiga.






