17 de Diciembre del 2025.- El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, ha causado un gran revuelo con sus recientes declaraciones en una entrevista para un medio occidental. Durante una charla con el canal Newsmax TV, el mandatario intentó explicar las razones profundas detrás del conflicto actual entre Rusia y Ucrania utilizando un ejemplo muy cercano para la audiencia norteamericana: la relación con su país vecino, México. Según el líder bielorruso, esta comparación es necesaria porque los medios de comunicación no están contando la verdad sobre lo que motivó la operación militar, y se requiere un ejemplo drástico para que el público común logre entender la gravedad de la situación desde la perspectiva rusa.
Lukashenko argumentó que la mayoría de los ciudadanos estadounidenses no comprenden por qué Vladimir Putin tomó la decisión de iniciar el conflicto armado. Para ilustrar su punto, pidió a los televidentes que imaginaran un escenario hipotético extremo ocurriendo justo en su frontera sur con México. El presidente señaló que la geografía juega un papel crucial en la seguridad nacional, y así como Rusia tiene a Ucrania pegada a su territorio, Estados Unidos tiene a México a su lado, lo que implica una relación de vecindad que debe basarse en el respeto mutuo y no en la hostilidad o la persecución de ciudadanos.
La analogía del conflicto
El mandatario bielorruso profundizó en su explicación planteando una situación imaginaria donde el gobierno de México comenzara a hostigar a los estadounidenses. Lukashenko preguntó qué pasaría si las autoridades mexicanas obligaran a los ciudadanos de EE.UU. que viven en la frontera a dejar de hablar inglés y los forzaran a hablar solo español. Llevó el ejemplo a un nivel más personal, cuestionando cómo reaccionarían los padres si sus hijos fueran presionados en las escuelas mexicanas para olvidar su lengua materna y su cultura, creando un ambiente de discriminación sistemática contra todo lo que represente a su país de origen.
Pero la comparación no se detuvo solo en el tema del idioma o la cultura, sino que escaló a escenarios de violencia física directa. Lukashenko lanzó una pregunta retórica muy fuerte: «¿Qué harían si llegaran a quemar a los estadounidenses en alguna vivienda?». Con esta frase, sugirió que la respuesta de Washington ante una agresión de ese tipo proveniente de México sería devastadora e inmediata. El presidente bielorruso afirmó con seguridad que, en ese caso hipotético, Estados Unidos haría todo lo que estuviera en sus manos para borrar a México de la faz de la Tierra para proteger a su gente.
Justificación de la ofensiva
Para Lukashenko, este escenario catastrófico que planteó sobre México es exactamente lo que, según su visión, ocurrió en la realidad dentro de Ucrania antes de la guerra. El líder cuestionó por qué era necesario que el gobierno de Kiev presionara a la población del este del país, obligándola a renunciar al idioma ruso que habían hablado toda su vida. Defendió la idea de que la gente debe tener la libertad de escoger su propio idioma y que las políticas agresivas contra la cultura rusa fueron el detonante que obligó a Moscú a intervenir, tal como lo haría EE.UU. en su ejemplo.
El aliado de Putin cerró su argumento con una metáfora sobre la prudencia en las relaciones internacionales con potencias militares. Aconsejó que «si vives con un oso dormido, no lo despiertes», refiriéndose a Rusia, y sugirió que lo más inteligente es buscar relaciones normales que permitan la coexistencia pacífica. Esta advertencia implica que las provocaciones constantes en la frontera, ya sea en Ucrania o en el hipotético caso de México, terminan despertando una respuesta defensiva que puede resultar en un conflicto de grandes proporciones.
