
La tranquilidad del municipio de Coahuayana, en Michoacán, fue brutalmente interrumpida por una violenta explosión generada por un vehículo cargado de explosivos. El ataque, dirigido específicamente contra la comandancia de la Policía Comunitaria y la presidencia municipal, ha generado una profunda alarma y dolor en la región de la Sierra-Costa. Este evento subraya la escalada de violencia en el estado, donde el uso de artefactos explosivos improvisados se ha vuelto una táctica recurrente.
El saldo de esta cobarde acción es lamentable y doloroso. Las autoridades confirmaron el fallecimiento de tres personas: una perdió la vida en el lugar de la explosión y otras dos murieron posteriormente mientras recibían atención en el hospital. Además de las víctimas mortales, el ataque dejó un saldo de siete personas heridas, quienes fueron inmediatamente trasladadas para recibir atención médica.
Devastación y Onda Expansiva en la Comunidad
La fuerza de la explosión causó daños que se extendieron mucho más allá del punto de impacto, afectando gravemente la infraestructura civil. La onda expansiva destrozó viviendas y comercios cercanos a la zona cero del ataque. Incluso el Hospital Comunitario de Coahuayana, una instalación vital para la atención de la población, sufrió afectaciones estructurales, poniendo en riesgo la atención sanitaria de la región y demostrando el amplio rango de daño de este tipo de ataques.




Esta devastación material no solo impacta en la vida diaria de los habitantes, sino que también genera un profundo sentimiento de inseguridad y vulnerabilidad. Los daños a edificios públicos y servicios esenciales, como el hospital, son una muestra clara de la magnitud de la explosión y la indiscriminación del ataque, afectando directamente a la población civil.
Señalamiento Directo: El Cártel de Jalisco Nueva Generación
Los mandos de la Policía Comunitaria de Coahuayana no tardaron en señalar al Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) como el responsable de la explosión. Este señalamiento se basa en un historial de ataques que datan desde 2019, donde el grupo criminal ha recurrido al uso de coches bomba y drones cargados con explosivos para atacar a las fuerzas de seguridad y a las autodefensas en la región Sierra-Costa de Michoacán, buscando desestabilizar el control territorial.
Además, este no es un incidente aislado. Las autoridades comunitarias recordaron que en el pasado mes de febrero ya se había registrado la detonación de otro vehículo explosivo en esa misma zona. Esta reincidencia en la táctica del coche bomba subraya la peligrosidad y la persistencia de la amenaza del crimen organizado contra las estructuras de seguridad local.






