
5 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Estados Unidos ha intensificado su ofensiva contra el Tren de Aragua, la poderosa banda criminal venezolana. Esta semana, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro congeló los bienes y fondos de seis personas presuntamente conectadas con el grupo, al que Washington ha calificado de «organización terrorista internacional». Entre los sancionados se encuentra un nombre ampliamente conocido en Venezuela y América Latina: Jimena Romina Araya Navarro, más conocida por su alias, «Rosita».
Araya, quien se ha labrado una carrera como DJ y ofrece espectáculos musicales, cuenta con una impresionante base de más de 3.5 millones de seguidores solo en Instagram. Sin embargo, las autoridades estadounidenses la acusan de «brindar apoyo material» al grupo criminal Tren de Aragua. Según las acusaciones, una parte significativa de los ingresos que obtiene con sus actuaciones y shows serían destinados directamente a financiar a la dirección de la banda. Esta acción subraya la sofisticación de la red criminal, que utiliza figuras públicas para lavar activos y obtener fondos.
Acciones Coordinadas Contra la Red Criminal
La medida de Estados Unidos fue seguida de cerca por México. Horas después de la decisión de la OFAC, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de México adoptaron sanciones similares contra «Rosita» y los otros cinco individuos. Además, las autoridades mexicanas incluyeron a cuatro empresas venezolanas y colombianas presuntamente vinculadas a los sancionados: Eryk Producciones SAS, Maiquetía VIP Bar Restaurant, Global Import Solutions S.A., y Yakera y Lane SAS. Esta acción coordinada entre dos de las economías más grandes de América demuestra la preocupación transnacional por la expansión del Tren de Aragua.

La figura de «Rosita» se hizo famosa en la televisión venezolana, particularmente a través de su papel en programas humorísticos de Venevisión, donde interpretaba a una «mucama sexy», ganándose su apodo. El éxito de su segmento la llevó a realizar presentaciones por todo el país, incluyendo, según reportes, shows dentro de cárceles como Tocorón. Fue en este período que Araya presuntamente estableció una relación con un pariente de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, alias el «Niño Guerrero«, considerado el máximo cabecilla del Tren de Aragua, cuyo origen se remonta a un sindicato que extorsionaba a contratistas en la construcción de un tramo del ferrocarril.
Un aspecto crucial que subraya la gravedad de las acusaciones es la presunta participación de «Rosita» en la fuga del «Niño Guerrero» de la cárcel de Tocorón en 2012. Los registros judiciales venezolanos indican que el exdirector de la cárcel facilitó la evasión a cambio de un pago considerable. En dichos documentos, también se sostiene que Guerrero utilizó varios vehículos, algunos de ellos facilitados por Araya. Aunque fue capturada y procesada por la fuga, la periodista Ronna Rizquez, experta en el grupo, señala que la investigación «no prosperó», y «Rosita» fue liberada bajo fianza y luego lanzada como candidata a concejal por un partido cercano al gobierno (Podemos), lo que sugiere una posible complicidad política que le permitió evadir una condena mayor.
La vida personal de «Rosita» ha estado constantemente ligada al mundo del crimen organizado, incluso después de su liberación. Sus parejas sentimentales han sido cabecillas o figuras relevantes del Tren de Aragua o exconvictos de alto perfil. En 2014, su novio Luidij Ochoa fue asesinado, y en 2015, otra pareja suya, Carlos Rafael Galíndez, alias «Carlos Breaker» y otro cabecilla del grupo, fue asesinado. Más aún, Teófilo Carzorla Rodríguez, alias «El Conejo«, quien apareció en un show animado por Araya, fue acribillado en 2016. Esta cadena de relaciones con figuras criminales de alto rango ha reforzado permanentemente las sospechas sobre sus vínculos con la organización criminal.







