
5 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. Un almirante de la Marina de Estados Unidos ha comparecido ante legisladores para negar categóricamente haber recibido una orden de «matar a todos» en relación con un controvertido bombardeo a una presunta embarcación de drogas en aguas internacionales, cerca de Venezuela. El incidente está siendo investigado por el Congreso para determinar si la operación militar, liderada por el secretario de Guerra, Pete Hegseth, violó la ley. Esta negación busca aclarar las crecientes interrogantes sobre las reglas de enfrentamiento que se aplicaron durante la operación.
El almirante Frank “Mitch” Bradley, quien ofreció una sesión informativa clasificada, fue enfático en su testimonio. El senador Tom Cotton, presidente de la Comisión de Inteligencia del Senado, declaró a la prensa: “El almirante Frank ‘Mitch’ Bradley ‘fue muy claro en que no recibió tal orden, de no dar cuartel o de matar a todos. Se le dio una orden que, por supuesto, estaba escrita con gran detalle’”. Esta negación de orden de matar sugiere que las directrices operativas de la Marina se apegaron a procedimientos detallados y no a una instrucción de ejecutar a los ocupantes.
Preocupaciones Profundas en el Congreso
A pesar de la negación de una orden explícita de «matar a todos», el incidente sigue generando profunda preocupación en el Capitolio. El senador Cotton defendió el ataque, pero un legislador demócrata, el representante de Connecticut Jim Himes, quien también fue informado en la sesión clasificada, expresó su consternación. Himes, el demócrata de mayor rango en la Comisión de Inteligencia de la Cámara, aseveró a los periodistas: “Lo que vi en esa sala fue una de las cosas más preocupantes que he visto en mi tiempo en el servicio público”.
El representante Himes centró su inquietud en el material audiovisual del segundo ataque, destacando la vulnerabilidad de las víctimas. Subrayó que, aunque no hubo una orden de Hegseth para «matar a todos», el resultado fue el mismo: “Dos individuos en clara angustia, sin medios de locomoción, con un barco destruido, fueron asesinados por Estados Unidos”. Este testimonio contrapone la negación de orden de matar con las evidencias visuales que muestran la brutalidad del desenlace y plantea serias dudas sobre la proporcionalidad de la fuerza utilizada.
La controversia generada por la negación del almirante y las inquietudes de los demócratas se enmarca en la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA). Anualmente, el Congreso establece las reglas que rigen las operaciones militares en el extranjero, incluyendo las reglas de enfrentamiento y el uso de la fuerza letal. El elemento clave que este ataque ha puesto bajo escrutinio es si la tripulación del barco fue identificada como combatiente o simplemente como sospechoso de narcotráfico, ya que las normas para ataques letales contra narcotraficantes en aguas internacionales suelen ser mucho más restrictivas que contra grupos terroristas o combatientes declarados. La violación de la NDAA podría tener graves consecuencias legales y políticas para los involucrados.







