
2 DICIEMBRE 2025-INTERNACIONAL- Una protesta en Bulgaria que inició de manera pacífica terminó en una violenta confrontación en Sofía, donde decenas de miles de personas salieron a las calles para mostrar su rechazo al borrador del presupuesto de 2026 propuesto por el Gobierno. Los manifestantes, entre jóvenes, trabajadores y adultos mayores, coincidían en que el proyecto afectaría directamente el costo de vida, lo que elevó el malestar social. La indignación colectiva marcó desde el inicio un ambiente tenso que pronto se salió de control.
La movilización comenzó con un tono tranquilo, donde grupos de jóvenes coreaban “Dimisión” mientras pedían cambios inmediatos en las políticas económicas. Las consignas reclamaban que el Gobierno escuchara las preocupaciones de la población, que en los últimos meses ha enfrentado una fuerte inflación y aumento en los precios de servicios básicos.

El ambiente cambió cuando grupos más radicales se dirigieron hacia la sede del partido gobernante, donde empezaron a lanzar sillas contra edificios y elementos de la Policía. La reacción de las fuerzas de seguridad fue inmediata, creando un choque directo entre manifestantes y agentes, lo que profundizó la tensión.
Las imágenes captadas durante la protesta mostraron escenas de contenedores de basura en llamas, vehículos policiales vandalizados y calles cubiertas de objetos arrojados por los inconformes. Este escenario de caos obligó a las autoridades a cerrar calles aledañas y reforzar la presencia policial para intentar contener la violencia. La ciudad vivió horas de incertidumbre mientras la protesta escalaba a niveles no vistos desde otras grandes movilizaciones nacionales.

Días antes de este estallido, el propio Gobierno había retirado el proyecto de presupuesto tras protestas similares, asegurando que se retomaría el diálogo con sindicatos y representantes empresariales. Sin embargo, los inconformes denunciaron que ese compromiso no se ha traducido en acciones reales, alimentando aún más la percepción de falta de respuesta institucional.
Estas protestas en Bulgaria forman parte de un patrón regional donde los gobiernos enfrentan presiones por déficits crecientes, inflación y demandas sociales acumuladas. En el caso búlgaro, el presupuesto 2026 pretende aumentar la recaudación fiscal, pero sin mostrar con claridad cómo se compensará a los hogares más afectados, lo que ha despertado sospechas sobre su viabilidad y justicia social.








