
2 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha hecho un llamado urgente a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, para que ordene la liberación de mercenarios colombianos que, según denuncias, fueron reclutados bajo engaño y ahora se encuentran retenidos por el Ejército de Kiev. Petro reaccionó a un video divulgado en redes sociales donde un joven combatiente colombiano afirmó haber sido secuestrado y maltratado. «Estos colombianos engañados parecen estar secuestrados en Ucrania. Nuestros servicio diplomático debe conectar a [Vladímir] Zelenski y pedirle que libere a los combatientes colombianos para que regresen a su patria», escribió el mandatario en su cuenta de X.
La Denuncia de Secuestro y Maltrato de Colombianos
El video que provocó la reacción del presidente Petro expone una situación de grave riesgo para la integridad de los mercenarios colombianos. El joven militar relató que, a pesar de haber finalizado su contrato con el Ejército ucraniano y recibir la baja, se le niega la salida del país. «Ya es momento de yo ir a mi país, pero no me quieren sacar de acá, no sé qué quieren hacer conmigo,» afirmó el combatiente con visible preocupación. Además, denunció haber sido golpeado y pateado en la cara por los ucranianos a cargo de la brigada 47.ª, junto a otros colombianos, lo que subraya la urgencia de la intervención diplomática.
El presidente Petro aprovechó la denuncia para reiterar su postura crítica frente al conflicto en Ucrania, enfatizando la necesidad de que el país cese el reclutamiento de extranjeros. El mandatario colombiano, que ya ha condenado en múltiples ocasiones que soldados de su país se involucren en conflictos ajenos, denunció que los ucranianos están tratando a los colombianos como «raza inferior» y que los utilizan como «carne de cañón». Esta acusación sugiere una explotación sistemática y discriminatoria de los combatientes latinoamericanos que, a menudo, son atraídos por promesas económicas y llevados al frente de batalla con mínimos recursos.
El caso de los mercenarios colombianos en Ucrania no es un incidente aislado. Estos combatientes son, en gran parte, exmilitares con experiencia y formación, que buscan en la guerra un ingreso económico que no encuentran en su país. La promesa de altos sueldos y buenas condiciones contrasta con los testimonios que apuntan a que son usados en las misiones más peligrosas. Esta situación se agrava por el hecho de que, del lado ruso, ya se llevan a cabo procedimientos judiciales contra mercenarios de varios países, incluidos colombianos, algunos de los cuales ya han sido sentenciados por su participación en el conflicto.

Más allá de la crisis de los mercenarios, el presidente Petro reafirmó la posición de neutralidad de Colombia en la geopolítica del conflicto. «Nuestra posición es que rusos y ucranianos deben llegar a un acuerdo de paz por sí mismos sin interferencias extranjeras», indicó. Esta postura de no intervención subraya el deseo de Bogotá de distanciarse de la guerra, incluso mientras debe gestionar las consecuencias humanitarias y diplomáticas de sus propios ciudadanos atrapados en el frente. El llamado a Zelenski busca priorizar la vida y la integridad de los colombianos, independientemente de las circunstancias de su reclutamiento.







