Los campesinos y productores agrícolas de Zacatecas han intensificado su lucha, llevando a cabo bloqueos carreteros intermitentes en varios puntos estratégicos del estado. Esta medida de presión surge como una enérgica respuesta al rechazo que tienen hacia la reforma a la Ley de Aguas, la cual, según advierten, traerá consigo graves perjuicios para el sector primario y la economía de sus familias. Los bloqueos fueron anunciados por la Unión de Pozos Agrícolas (UPA), que exige la atención inmediata de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y otras dependencias federales para resolver una serie de incumplimientos que consideran insostenibles.
La acción de bloqueo en las carreteras es un reflejo de la desesperación que sienten los productores, quienes acusan a Conagua y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de incumplir acuerdos previamente pactados. Estas demandas incluyen la regularización de adeudos históricos y, crucialmente, el acceso a una cuota energética justa que les permita operar sus sistemas de bombeo de riego sin incurrir en pérdidas. Al alzar la voz bajo la consigna «Esta ley nos va a perjudicar», los campesinos de Zacatecas dejan claro que el bloqueo es el último recurso ante la falta de diálogo y soluciones concretas por parte del gobierno federal.
Las Razones del Bloqueo: Inseguridad Hídrica y Económica
La principal motivación detrás del bloqueo es la reforma a la Ley de Aguas, que atenta directamente contra la forma en que los productores utilizan y administran el recurso hídrico, que es vital para una zona tan árida como Zacatecas. Esta reforma específica que rechazan suele estar relacionada con la posibilidad de privatizar o cambiar las condiciones de las concesiones de agua, imponer tarifas más altas o priorizar el uso del agua para actividades mineras o industriales por encima de las necesidades agrícolas. Los campesinos temen que esta ley les arrebate el control de sus pozos y que las nuevas regulaciones hagan inviable el trabajo del campo, justificando su bloqueo como una medida de supervivencia.
Los bloqueos han sido descritos como intermitentes, una táctica que busca generar la máxima presión sin paralizar completamente el tráfico de la entidad, pero que mantiene la amenaza constante de una paralización total. Los productores han tomado casetas de peaje, permitiendo el paso libre de vehículos, lo que afecta directamente los ingresos de la infraestructura carretera y, por ende, llama la atención de las autoridades de la Secretaría de Gobernación (Segob). Esta estrategia de bloqueo busca demostrar la organización y la fuerza del movimiento campesino, señalando que están preparados para prolongar las acciones hasta que se siente una mesa de negociación efectiva.
La protesta también incluye el reclamo por incumplimientos en la cuota energética por parte de la CFE, un factor que eleva dramáticamente los costos de operación para el bombeo de agua en los pozos agrícolas. Sin tarifas subsidiadas, los productores no pueden competir en el mercado, haciendo que sus cosechas sean incosteables. Este problema financiero, sumado a la amenaza de la Ley de Aguas, ha creado una situación explosiva. Los campesinos advierten que si las autoridades no dan marcha atrás a las reformas o no cumplen con los acuerdos de subsidio, el bloqueo podría endurecerse, afectando seriamente el abasto y la distribución de mercancías.
Impacto del Bloqueo en la Entidad y la Respuesta del Campo
La UPAZ ha sido clara al afirmar que la reforma a la Ley de Aguas, junto con el incumplimiento de los acuerdos energéticos, afectará no solo a los agricultores que operan pozos, sino a toda la cadena productiva del estado. La consigna de «Alzan la voz contra la Ley de Aguas» resuena entre las comunidades, que ven en esta ley una amenaza directa a su patrimonio y forma de vida. El bloqueo es una llamada de atención desesperada que exige al gobierno una visión más justa y equitativa sobre la distribución y gestión del agua. Los campesinos se mantienen firmes en su bloqueo, señalando que están más unidos que nunca para bloquear cualquier intento de perjudicar el futuro del campo zacatecano.
