
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha hecho una declaración significativa que podría indicar un tenue camino hacia posibles futuros acuerdos en el conflicto ucraniano. Tras recientes negociaciones internacionales, el líder ruso afirmó públicamente que Ucrania y Estados Unidos lograron dividir los 28 puntos de un plan de paz propuesto en un esquema organizado en cuatro componentes distintos. Esta revelación, hecha por Putin, sugiere un avance, aunque solo sea en la estructura de las conversaciones, que busca ordenar los complejos temas en disputa.
Según las palabras de Putin, Moscú recibió formalmente este nuevo esquema de cuatro componentes, el cual fue diseñado durante las conversaciones que tuvieron lugar en Ginebra. Este desglose de la hoja de ruta inicial de 28 puntos es un intento claro por simplificar y categorizar las áreas clave que necesitan ser abordadas para una eventual resolución. El hecho de que este esquema haya sido comunicado a Rusia indica un canal de diálogo activo y el reconocimiento de la necesidad de un formato de discusión mutuamente aceptable, aunque las partes mantengan posturas ampliamente divergentes.
Rusia «en General de Acuerdo» con el Nuevo Esquema de Negociación
La declaración más relevante de Putin es su afirmación de que Rusia está «en general de acuerdo» con el nuevo esquema de cuatro componentes, y que podría, de hecho, «servir como base para futuros acuerdos». Esta expresión cautelosa pero positiva sugiere que, al menos en la fase de estructura y ordenamiento de la agenda, existe una coincidencia entre las partes. Para Rusia, aceptar esta estructura como una posible base es un paso que valida los esfuerzos de negociación y podría abrir la puerta a discusiones más detalladas sobre el contenido de cada componente.
Es importante destacar que estar «en general de acuerdo» con la base de las negociaciones no implica un consentimiento sobre el contenido de los puntos. La guerra en Ucrania abarca temas intrincados como el estatus territorial, las garantías de seguridad y la neutralidad de Kiev, que siguen siendo los mayores obstáculos. No obstante, el consenso sobre la forma es un punto de partida fundamental que permite a los diplomáticos pasar de la discusión sobre cómo negociar a la discusión sobre qué negociar.
Los cuatro componentes en los que se dividió el plan probablemente abordan los frentes más críticos del conflicto. Expertos en relaciones internacionales especulan que estos podrían incluir la retirada de tropas y fronteras, la cuestión de la desmilitarización y las garantías de seguridad para ambas partes, el estatus político de Ucrania y, finalmente, las reparaciones de guerra y el levantamiento de sanciones. El objetivo de este desglose es aislar los temas más espinosos para evitar que paralicen el diálogo en su totalidad.
Es crucial en este contexto recordar que las últimas rondas de negociaciones a nivel de altos funcionarios habían quedado estancadas debido a la desconfianza mutua y la falta de un formato claro para avanzar. La intervención de Estados Unidos, facilitando la división de los puntos en estos cuatro componentes, sugiere que Washington está utilizando su influencia no solo para apoyar a Ucrania, sino también para actuar como un arquitecto pragmático del proceso. Este nuevo formato podría ser un intento de aplicar la técnica de la «diplomacia incremental», donde pequeños acuerdos estructurales sientan las bases para lograr avances más sustanciales en el futuro, manteniendo la esperanza de evitar un congelamiento total de las conversaciones.







