La nueva embajadora de Estados Unidos en Grecia, Kimberly Guilfoyle, se encuentra en el centro de una controversia que ha captado la atención de los medios y la opinión pública, tanto en Atenas como en Washington. La diplomática, que asumió su cargo recientemente, desató el debate tras su elección de vestuario para un evento oficial de gran relevancia: la celebración de Acción de Gracias organizada anualmente por la Cámara de Comercio Estadounidense-Helénica. Este tipo de actos, que buscan fortalecer los lazos económicos y culturales entre ambos países, suelen regirse por códigos de vestimenta sobrios y tradicionales, propios del protocolo diplomático.
La polémica se centró en un vestido que, según reportes de los asistentes y las imágenes difundidas en redes sociales y algunos medios locales, presentaba transparencias notables. Este detalle en la indumentaria de la embajadora ha sido interpretado por diversos sectores como una falta al decoro y a la seriedad que se espera de un representante de Estados Unidos en el extranjero. Aunque la moda y los estilos personales evolucionan, la diplomacia mantiene ciertas normas de formalidad que, para muchos críticos, fueron claramente sobrepasadas por la ex-presentadora de televisión.
Críticas por Romper el Protocolo en Atenas
La elección del atuendo generó una oleada de críticas que apuntan a que el vestido de la funcionaria estadounidense rompió con el protocolo no escrito que rige las apariciones en eventos de carácter diplomático y oficial. Los embajadores son considerados la máxima representación de su país, y su imagen es vista como un reflejo de los valores y el respeto hacia el país anfitrión, en este caso, Grecia. Para un sector, esta decisión de vestimenta restó seriedad al evento y a la imagen de la representante en un momento clave de su toma de posesión.
La celebración de Acción de Gracias, organizada por la Cámara de Comercio, es un punto de encuentro para líderes empresariales y políticos clave. La presencia de la embajadora de EE.UU. en un evento de esta naturaleza es fundamental para cimentar relaciones. Sin embargo, la atención se desvió de los temas de cooperación económica y bilateral para centrarse en su vestuario. Esto plantea interrogantes sobre si la diplomática priorizó una declaración de moda por encima de las expectativas de formalidad que conlleva su importante puesto.
Kimberly Guilfoyle es una figura conocida en Estados Unidos, no solo por su pasado como fiscal y presentadora de Fox News, sino también por ser una aliada cercana al expresidente Donald Trump. Su nombramiento, que ya había suscitado debate por su perfil más mediático que diplomático, vuelve a ser objeto de escrutinio. Los críticos señalan que incidentes como este solo refuerzan la percepción de que su enfoque podría ser más cercano al mundo del espectáculo que a la rigurosidad de las relaciones internacionales que debe manejar como embajadora.
Es pertinente señalar que el protocolo en la diplomacia griega, un país con profundas raíces históricas y una cultura de gran respeto por la tradición, tiende a ser especialmente conservador en eventos oficiales. La elección de una vestimenta atrevida puede ser percibida en el contexto helénico no solo como un error de moda, sino como una posible falta de respeto cultural. Anteriormente, Guilfoyle ya había sido criticada por la prensa estadounidense por su estilo de vida y por la forma en que ha manejado algunas apariciones públicas, lo que indica un patrón que podría seguir causando fricciones en su nuevo rol diplomático en Atenas.
🇺🇸🇬🇷 | La nueva embajadora de EE.UU. en Grecia, Kimberly Guilfoyle, generó polémica tras asistir a un evento oficial con un vestido transparente durante una celebración de Acción de Gracias organizada por la Cámara de Comercio Estadounidense-Helénica. pic.twitter.com/NxcJiOMCGm
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