
En una operación coordinada entre la Guardia Nacional, el Ejército y la Fiscalía General del Estado de Michoacán, fueron detenidos seis antiguos escoltas del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, asesinado el pasado 1 de noviembre. Según los reportes, el arresto ocurrió antes del mediodía y se registró en la Casa de la Cultura, el mismo recinto donde despachaba el edil.
Aunque las identidades de los escoltas aún no han sido divulgadas, su captura marca un nuevo capítulo en una investigación que ha sacudido a Michoacán. Las autoridades han señalado que podrían aportar información crucial sobre los hechos que derivaron en el homicidio del funcionario.
Días antes, el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, había declarado que los policías del primer círculo de seguridad de Manzo no estaban detenidos, pero sí estaban localizados y citados a declarar ante la Fiscalía. Ahora, con estas detenciones, las piezas del rompecabezas comienzan a moverse con más fuerza.
Una línea de investigación apunta a que uno de los escoltas reaccionó al ataque. Harfuch señaló que este agente aseguró haber disparado contra el agresor, aunque los peritajes siguen para determinar el arma exacta que lo abatió.
Por su parte, la Fiscalía de Michoacán también investiga a otros miembros del equipo de seguridad por posible uso excesivo de la fuerza. De acuerdo con reportes, el agresor fue neutralizado incluso cuando ya estaba controlado, lo que ha abierto dudas sobre el protocolo de actuación de la escolta.








