
Un hombre chino ha ganado notoriedad como la «persona más perezosa del mundo» tras imponerse en el «concurso de pereza» anual, un evento inusual que pone a prueba la resistencia y la inmovilidad de sus participantes. El ganador permaneció tumbado en un colchón durante un impresionante tiempo de 33 horas y 35 minutos, superando con creces a sus contrincantes y asegurando el premio en efectivo.
El peculiar concurso atrajo la participación de doscientas cuarenta personas, lo que demuestra un interés significativo en esta prueba de inactividad. Sin embargo, el desafío de la inmovilidad pronto pasó factura, ya que a las 24 horas de haber comenzado la competencia, la gran mayoría, unas 186 personas, ya se habían retirado. Esto resalta la dificultad de permanecer acostado sin interrupción por un periodo tan prolongado.
Reglas del Concurso: La Batalla por la Inmovilidad
El concurso operaba bajo un conjunto de reglas muy específicas. A los concursantes se les permitían ciertas comodidades y actividades, buscando mantenerlos en el juego sin romper el espíritu de la inactividad. Podían usar sus teléfonos, leer, pedir comida e incluso darse la vuelta en su colchón. La única regla infranqueable era la de no levantarse del colchón, lo cual incluía estrictamente la prohibición de ir al baño.
Para cumplir con la regla más estricta y poder mantenerse en la competencia, el ganador reveló una estrategia clave: se había puesto un pañal de antemano. Este ingenioso, aunque poco glamuroso, recurso fue lo que le permitió superar el obstáculo biológico y extender su inmovilidad por más de 33 horas, asegurando la victoria en esta insólita prueba de resistencia.
El Premio y el Reconocimiento al Máximo Esfuerzo (Por No Hacer Nada)
El vencedor de esta singular proeza fue coronado como el más perezoso, demostrando que la inactividad también puede ser una disciplina. Por su resistencia de más de 33 horas y 35 minutos sin levantarse, el hombre fue recompensado con un premio de 3.000 yuanes, una suma que reconoce el esfuerzo de permanecer en una posición horizontal por más de un día y medio.
El concurso anual de pereza no solo ofrece un premio en efectivo, sino que también genera un gran debate cultural sobre el ritmo de vida moderno. En una sociedad impulsada por la productividad y el trabajo constante, este tipo de eventos, que celebran la «pereza», actúan como una válvula de escape y una crítica irónica a la presión social.








