
18 de Noviembre del 2025.- El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, lanzó este martes una fuerte y directa acusación contra el gobierno de los Estados Unidos, asegurando que están fabricando una narrativa falsa para justificar una intervención armada en la región. Según el diplomático, estas mentiras tienen como único objetivo preparar el terreno ante la opinión pública para una inminente agresión militar contra Venezuela, utilizando argumentos que, según La Habana, carecen de cualquier tipo de veracidad o sustento real. Rodríguez no dudó en señalar a los altos funcionarios de Washington como los responsables directos de crear este clima de tensión peligrosamente alto en el Caribe.
En sus declaraciones oficiales, el funcionario cubano arremetió duramente contra su homólogo estadounidense, el secretario de Estado Marco Rubio, a quien describió sin rodeos con términos muy severos como «corrupto y mentiroso compulsivo». Para el gobierno cubano, Rubio representa la cara visible de una estrategia geopolítica que busca engañar al mundo para validar una agresión militar bajo falsos pretextos de seguridad. Esta retórica agresiva marca un nuevo punto bajo en las relaciones diplomáticas del continente, evidenciando la profunda desconfianza que existe entre las naciones involucradas en este conflicto ideológico y territorial.
A través de un mensaje difundido en sus redes sociales, Rodríguez calificó de «artificio deshonesto» los intentos reiterados de Washington de vincular al presidente venezolano, Nicolás Maduro, con actividades de narcotráfico y terrorismo. El canciller aseguró que estos dos graves problemas internacionales, irónicamente, han sido promovidos históricamente en la región por las políticas de Estados Unidos y no por Caracas. Según su visión, estas acusaciones infundadas funcionan como una cortina de humo necesaria para legitimar una futura agresión militar contra una nación soberana ante los ojos de la comunidad internacional y los grandes medios de comunicación.
Por su parte, el presidente venezolano Nicolás Maduro insistió en la víspera en su llamado a la paz, enviando un nuevo mensaje en inglés dirigido directamente al mandatario estadounidense, Donald Trump. Durante su programa de televisión habitual, Maduro enfatizó que cualquiera que desee dialogar encontrará en su gobierno a gente decente y de palabra, dispuesta a conversar civilizadamente. Sin embargo, alertó a su población de que la verdadera intención detrás de toda la presión externa es provocar un cambio de régimen violento mediante una agresión militar que permita el saqueo de los recursos naturales del país.
Maduro fue contundente al denunciar que Venezuela es inocente de los cargos criminales que se le imputan desde el norte y que todo es un montaje con fines económicos muy claros y depredadores. Explicó que el objetivo final de las potencias extranjeras es apoderarse de la inmensa riqueza petrolera de la nación, que constituye la reserva más grande del planeta, así como de sus reservas de gas, que son las cuartas más importantes del mundo. Para el líder venezolano, la amenaza de una agresión militar no tiene nada que ver con la justicia o la democracia, sino con la codicia pura por controlar estos activos energéticos estratégicos.
Maniobras de la Casa Blanca
Desde el mes de agosto, la situación de seguridad se ha vuelto crítica debido a que Washington ha desplegado una fuerza naval y aérea muy significativa frente a las costas venezolanas, todo bajo el argumento de la lucha antidroga. Posteriormente, se anunció el inicio de la operación ‘Lanza del Sur’, cuyo propósito declarado es eliminar a supuestos narcoterroristas del hemisferio y proteger a los ciudadanos estadounidenses de las drogas. Sin embargo, para los observadores regionales, este despliegue masivo de tropas y maquinaria de guerra parece ser el preludio evidente y la preparación logística necesaria para una agresión militar a gran escala en suelo sudamericano.








