
Un adulto mayor con condiciones de salud preexistentes ha sido hospitalizado en el estado de Washington, y se ha confirmado que es el primer caso humano conocido de gripe aviar con la cepa H5N5 en Estados Unidos. Las autoridades sanitarias estatales han señalado que el paciente tuvo contacto con aves domésticas, posiblemente infectadas por aves silvestres, lo que sería el origen más probable de la infección.
Aunque esta variante nunca se había detectado previamente en humanos, los epidemiólogos explican que no representa actualmente un riesgo mayor para la población que la conocida cepa H5N1, que ha causado decenas de infecciones en Estados Unidos recientemente. De hecho, el virólogo Richard Webby, del St. Jude Children’s Research Hospital, aseguró que ambos virus “se comportan de forma similar” en los modelos de riesgo para humanos.
Las investigaciones epidemiológicas han comenzado de inmediato para rastrear cómo pudo producirse el contagio, y el Departamento de Salud del estado de Washington ha iniciado análisis a la par de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Hasta ahora, las más de 100 personas que tuvieron contacto con el paciente han sido monitoreadas, pero no se ha identificado transmisión de persona a persona.
Uno de los hallazgos que preocupa a los científicos es que esta variante H5N5 posee una mutación clave que podría facilitar su adaptación a humanos, algo que no se había visto antes en otros virus de gripe aviar. En particular, señales genéticas podrían estar implicadas en una mayor capacidad de replicación en células humanas, aunque todavía no hay evidencia de que el virus se propague fácilmente entre personas.
Las autoridades sanitarias han recomendado medidas preventivas para quienes tienen aves de corral, incluyendo evitar el contacto con aves enfermas, reportar muertes inusuales y reforzar la bioseguridad en patios y granjas familiares. Además, el Departamento de Salud de Washington ha enfatizado que, pese a la gravedad del caso individual, el riesgo para la comunidad general sigue siendo bajo por el momento.
Este caso marca un punto de inflexión en la vigilancia de la influenza aviar, ya que demuestra que nuevas variantes pueden saltar a los humanos —aunque por ahora en forma aislada—. Las autoridades insisten en mantener una sólida vigilancia zoonótica y respaldan los esfuerzos continuos de secuenciación genética para entender mejor la evolución de estos virus emergentes.








