
Astrónomos de la Agencia Espacial Europea (ESA) han observado por primera vez una eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) en una estrella distinta al Sol, un hallazgo que podría alterar la comprensión actual sobre la habitabilidad de exoplanetas. El descubrimiento, publicado en la revista Nature, revela la enorme potencia destructiva de estos fenómenos, capaces de arrancar por completo la atmósfera de un planeta cercano.
Las CME son explosiones colosales que expulsan al espacio grandes cantidades de plasma y energía. Hasta ahora solo se habían registrado en nuestro Sol, pero los científicos sospechaban que podían ocurrir en otras estrellas. “Durante décadas se había intentado detectar una CME en otra estrella y ahora lo hemos logrado”, explicó Joe Callingham, investigador del Instituto Neerlandés de Radioastronomía ASTRON y autor principal del estudio.
El fenómeno fue detectado en una enana roja situada a unos 130 años luz del sistema solar. Este tipo de estrellas son las más comunes en la galaxia y, a su alrededor, orbitan la mayoría de los exoplanetas conocidos. Sin embargo, su intensa actividad magnética podría convertirlas en entornos hostiles para el desarrollo de vida.
Los científicos advierten que una eyección de masa coronal tan violenta puede destruir las atmósferas de los planetas cercanos, incluso si estos se encuentran en la llamada “zona habitable”, donde las temperaturas permitirían la existencia de agua líquida. Sin una atmósfera, esos mundos quedarían reducidos a simples rocas estériles, sin posibilidad de albergar vida.
“Parece que el clima espacial extremo puede ser incluso más violento alrededor de las estrellas más pequeñas, que son precisamente las que con mayor frecuencia albergan planetas potencialmente habitables”, señaló Henrik Eklund, del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC), en los Países Bajos.
El descubrimiento refuerza la idea de que la habitabilidad de los exoplanetas depende no solo de su distancia a la estrella, sino también de la estabilidad y actividad de esta. Si las CME resultan frecuentes en las enanas rojas, muchos de los mundos que alguna vez se consideraron “habitables” podrían no serlo en





