
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desató este jueves una fuerte controversia tras emitir declaraciones sobre la migración que fueron calificadas como clasistas y discriminatorias. La dirigente del Partido Popular defendió la necesidad de permitir la inmigración en España, pero con el argumento de que los extranjeros serían necesarios para realizar trabajos de baja cualificación.
Durante su intervención en el Parlamento regional, Ayuso aseguró que “los ciudadanos, donde van, es a donde hay oportunidades”, y agregó que “alguien tendrá que limpiar en sus casas, alguien tendrá que recoger sus cosechas y alguien tendrá que poner los ladrillos de las casas donde luego vamos a vivir todos los demás”. La frase generó inmediata indignación entre los diputados y en redes sociales.
La presidenta madrileña argumentó que su intención era promover “una inmigración vinculada al trabajo, ordenada y dentro de la ley”, y subrayó que su región debe ser “un lugar próspero, de oportunidades y libre, donde los ciudadanos vengan a trabajar”. Sin embargo, insistió en que el control de fronteras no es competencia del gobierno autonómico.
Desde el ala progresista, las críticas no tardaron en llegar. La eurodiputada de Podemos, Irene Montero, respondió que “los migrantes tienen derecho a venir a España porque son personas”, y acusó a Ayuso de tratar a los extranjeros “como esclavos” al condicionar su valor al trabajo doméstico o agrícola.
Por su parte, el portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Carlos Hernández Quero, reaccionó con ironía ante la expresión “señoritos” usada por Ayuso para referirse a su partido. “Señoritos los que los llaman para tener mano de obra barata e inquilinos abundantes”, escribió en la red social X, criticando lo que consideró una postura hipócrita de la presidenta.
Las palabras de Ayuso han reabierto el debate en España sobre el modelo migratorio, el papel de los trabajadores extranjeros en la economía y los discursos políticos que fomentan la discriminación. Mientras unos defienden la necesidad de una migración controlada, otros recuerdan que la dignidad y los derechos humanos deben estar por encima de cualquier interés económico.





