
Una toma clandestina de turbosina fue descubierta en una vivienda del municipio de Nezahualcóyotl, Estado de México, muy cerca de la Línea B del Metro. El hallazgo generó una amplia movilización de personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) y autoridades estatales, quienes procedieron a asegurar el área y clausurar la conexión ilegal, evitando así un posible desastre en una zona densamente habitada.
El operativo se llevó a cabo en un domicilio ubicado en el número 24 de la Avenida Central, colonia Joyas de Aragón, entre las estaciones Villa de Aragón y Nezahualcóyotl del Metro. De acuerdo con el reporte oficial, no se registraron personas lesionadas ni daños estructurales en las viviendas cercanas. Sin embargo, el hallazgo puso en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura energética en zonas urbanas y el riesgo que representa el huachicol de turbosina.
Robo de combustible y riesgo urbano
La detección de la toma clandestina ocurrió alrededor de las 18:00 horas del martes 11 de noviembre, cuando personal de Pemex notó una baja en la presión del ducto que transporta turbosina. Durante la inspección, los trabajadores encontraron mangueras conectadas directamente al ducto, extendiéndose hasta el interior de una vivienda donde presuntamente se almacenaba el combustible robado. Dentro del inmueble no se halló a ninguna persona durante el operativo.

El dispositivo de seguridad contó con la participación conjunta de la Fiscalía Especializada en Robo de Vehículos del Estado de México, la Secretaría de Seguridad estatal y el área de Seguridad Física de Pemex. Gracias a esta coordinación, se logró identificar el punto exacto de la conexión, sellar el ducto y desmantelar el sistema utilizado para el robo del combustible, evitando riesgos mayores para la población y el suministro energético.
El descubrimiento se originó tras una denuncia ciudadana, luego de que vecinos reportaran un intenso olor a combustible proveniente del inmueble. Esto llevó a las autoridades a intervenir rápidamente y confirmar que se trataba de una instalación clandestina con potencial explosivo. Este tipo de denuncias, afirman las autoridades, son esenciales para prevenir tragedias mayores derivadas del huachicol en zonas habitacionales.

Investigación y responsabilidad del inmueble
El propietario del lugar declaró que el espacio había sido rentado a terceros que afirmaron dedicarse a la venta de productos de limpieza, aunque no se encontraron pruebas de esa actividad. No se reportaron detenidos ni lesionados, y las autoridades no revelaron el nombre del dueño del inmueble. El sitio permanecerá bajo resguardo mientras continúan las investigaciones y peritajes para determinar la magnitud del robo.
A diferencia del huachicol tradicional de gasolina o diésel, su extracción ilegal representa un riesgo aún mayor por su alta volatilidad y por el daño que causa a la infraestructura de transporte de energéticos. Además, alertan sobre la necesidad de reforzar la vigilancia en ductos ubicados en zonas urbanas, donde las tomas clandestinas pueden pasar desapercibidas durante meses.








