10 NOVIEMBRE 2025-NACIONAL-Jaime Castañeda ha dedicado más de cuatro décadas a la producción de tilapia, actividad que hoy representa una esperanza para muchas familias en Morelos. Heredero de una tradición familiar, Castañeda forma parte de la tercera generación que continúa con el negocio acuícola, el cual comenzó con un modesto estanque de tierra y que hoy cuenta con dos pozas capaces de producir hasta mil 200 peces por cosecha. Con el apoyo de sus tres hijos, ha logrado consolidar casi todo el ciclo de producción, desde la cría hasta la venta final en su propio restaurante.
El productor asegura que su meta es cerrar por completo el proceso de producción de tilapia, incluyendo la elaboración del alimento y las redes, aunque por ahora prefiere adquirirlos a vecinos de la zona, fortaleciendo así el trabajo comunitario. Su historia es solo una muestra de cómo esta práctica se ha convertido en un sustento digno para cientos de familias que encontraron en el agua lo que antes buscaban en la tierra.
La acuacultura de tilapia se ha transmitido de generación en generación en Morelos, transformándose no solo en una fuente de ingresos, sino en una forma de vida sostenible. Según Margarita Galeana Torres, titular de Desarrollo Agropecuario del estado, cada vez más agricultores tradicionales han decidido cambiar de giro, atraídos por los mejores ingresos que genera esta actividad. “La acuacultura representa una alternativa rentable y con futuro”, destacó la funcionaria durante un recorrido por granjas en Zacatepec y Xochitepec.
Actualmente, Morelos produce cerca de 600 toneladas anuales de tilapia, con 190 acuacultores registrados, de los cuales 60 ya están certificados. Los restantes reciben acompañamiento técnico para garantizar productos de calidad y fomentar una producción responsable. Este modelo de apoyo busca asegurar alimentos saludables para el consumo local, pero también impulsa el desarrollo de un mercado que combina la producción pesquera con el turismo gastronómico y ecológico.
La producción de tilapia en Morelos no solo tiene fines comerciales, también fortalece el autoconsumo en las comunidades rurales. Durante los fines de semana y temporadas vacacionales, los acuacultores ofrecen platillos frescos a los visitantes, integrando la pesca al ecoturismo regional. Un kilo de tilapia se vende en promedio a 120 pesos, y su valor depende del tamaño del pez, que varía según el tiempo de cosecha.
Funcionarios federales y locales han destacado la importancia de consumir tilapia nacional frente a las importadas, ya que su frescura garantiza mejor sabor y calidad. José Luis Dumas, del Instituto Mexicano de Investigación en Pesca y Acuacultura Sustentables, señaló que la carne de la tilapia mexicana conserva sus espinas y textura, a diferencia de las congeladas del extranjero que pierden consistencia por el tiempo de almacenamiento.
Además de su aporte económico, la tilapia es un alimento de alto valor nutricional. Según la Secretaría de Agricultura, 100 gramos de este pez contienen entre 17 y 19 gramos de proteína, con bajo contenido de grasa y colesterol. Es también fuente de minerales y vitaminas esenciales. Su versatilidad en la cocina la ha convertido en una de las especies más consumidas del país, ideal para impulsar la seguridad alimentaria en zonas rurales.
