
10 NOVIEMBRE 2025-NACIONAL-La detención de Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del desaparecido Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), ha reavivado una de las heridas más profundas de la historia política mexicana: el asesinato de Luis Donaldo Colosio. El pasado sábado 8 de noviembre, Sánchez Ortega fue arrestado en Tijuana, Baja California, a solo 13 kilómetros de Lomas Taurinas, lugar donde el candidato presidencial del PRI fue asesinado en 1994. La noticia surge como parte de una nueva línea de investigación impulsada por la Fiscalía General de la República (FGR), que busca esclarecer lo que durante tres décadas ha permanecido como un misterio.
Aunque la FGR negó inicialmente la detención, diversas fuentes confirman que Sánchez Ortega se encuentra bajo custodia en sus oficinas de la zona del Río, en Tijuana. Su captura, ocurrida cerca de las 16:37 horas en la colonia Los Reyes, dentro de una vivienda sin número, podría representar un intento por reabrir el caso Colosio y dar respuesta a una sociedad que durante años ha exigido justicia y verdad.
El segundo tirador y las nuevas líneas de investigación

La reaprehensión de Sánchez Ortega no es un hecho aislado. De acuerdo con el semanario Zeta Tijuana, el exagente fue mencionado desde el año pasado en una nueva línea de investigación de la FGR, que sostiene la hipótesis de que hubo más de un tirador involucrado en el asesinato de Colosio. Según los reportes, existen nuevos indicios y pruebas periciales que podrían vincularlo directamente con los disparos ocurridos en Lomas Taurinas, además de su resultado positivo en la prueba de rodizonato de sodio, la cual indica que manipuló un arma de fuego el día del crimen.
En 1993, testigos aseguraron haber visto a Sánchez Ortega huir de la escena con manchas de sangre en su ropa, lo que en su momento fue considerado como una evidencia clave que, sin embargo, nunca derivó en una sentencia. Con su reciente detención, la Fiscalía podría intentar reactivar el expediente, fortalecer su hipótesis de un segundo tirador y revisar la actuación de las autoridades en las primeras etapas del caso.

La presión política también juega un papel importante. A casi 22 años del asesinato, el expediente sigue siendo una de las heridas abiertas de la democracia mexicana. Incluso se ha vinculado a figuras de alto nivel, como Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, con posibles irregularidades en el manejo de la investigación.
La detención de Sánchez Ortega podría marcar un nuevo punto de inflexión. Si la FGR logra comprobar su participación, el caso podría reescribirse y abrir un capítulo judicial inédito, con implicaciones históricas para el país. Sin embargo, también plantea dudas sobre los tiempos, la transparencia del proceso y el verdadero propósito detrás de su reaprehensión después de tantos años.








