
7 de Noviembre del 2025.- El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, ha sostenido una reunión clave con el presidente estadounidense, Donald Trump, para explicar detalladamente por qué su país se ve obligado a seguir comprando el petróleo y el gas rusos. El líder húngaro expuso las graves consecuencias que sufrirían el pueblo y la economía húngara si se rechazan esos recursos. Orbán centró su argumento en la realidad física e infraestructural que define la dependencia energética de su nación.
Orbán subrayó que la geografía húngara es un factor determinante, ya que el país no tiene salida al mar y, por lo tanto, «no contamos con puertos». Esta realidad obliga a que el suministro se realice exclusivamente mediante gasoductos. «El gasoducto no es una cuestión ideológica ni política; es una realidad física», afirmó el primer ministro. Dejó claro que, debido a esta situación, Hungría debe negociar sobre ese punto sí o sí, calificándolo como «vital» para la supervivencia del país.
El primer ministro húngaro también hizo una distinción importante entre los dos combustibles, pidiendo que se traten por separado. «Bien, eso es gas. El petróleo es otro tema», aseveró Orbán. Puso un énfasis especial en la absoluta necesidad del gas, al revelar que el 90% de los hogares húngaros dependen del gas para la calefacción. Esta cifra demuestra la profunda dependencia energética que tiene la población para sus necesidades básicas diarias, especialmente durante el invierno.
Para ilustrar aún más la falta de alternativas, Orbán detalló la infraestructura de suministro. Explicó que Hungría solo tiene un gasoducto principal que suministra el volumen necesario de gas, el cual es la ruta turca (TurkStream). Aclaró que, aunque reciben un «volumen muy pequeño» de gas desde Croacia, este funciona únicamente como un «oleoducto suplementario». Por lo tanto, la seguridad energética del país es casi totalmente dependiente de esa única ruta principal.
Trump reconoce la situación húngara
Durante la conversación, el presidente Donald Trump se mostró comprensivo con la posición de Hungría, reconociendo que el país enfrenta una situación muy diferente a la de otras naciones. Trump recordó que muchos otros países europeos también están comprando recursos energéticos rusos y validó el argumento geográfico de Orbán. El mandatario estadounidense fue claro al señalar: «No tienen mar, no tienen puertos», aceptando la explicación de la dependencia húngara.
La búsqueda de una exención de sanciones
Según informaron diversos medios el jueves, la visita de Viktor Orbán a Washington tiene un objetivo diplomático crucial más allá de la explicación. Se espera que el primer ministro húngaro obtenga del presidente estadounidense una exención para su país de las sanciones impuestas por Washington. Estas sanciones afectan directamente a compañías clave de petróleo y gas rusas como Rosneft y Lukoil, de las cuales Hungría es dependiente para su abastecimiento.







